Cuando Adonaí Escobedo , el árbitro del Pachuca vs Monarcas del sábado pasado en el estadio Hidalgo , marcó un dudoso penalti por una supuesta falta de Robert Herrera contra Raúl Ruidíaz , que a la postre fue el gol de la victoria del equipo dirigido por Roberto Hernández, nadie imaginó que la frustración fuera tal que el entrenador del Pachuca, Diego Alonso , intentara manipular con declaraciones la derrota de su club.

Es inentendible cómo un entrenador se escuda en los reportajes que Televisa publicó sobre las anomalías que el dueño del Pachuca, León y Mineros ha cometido, porque nada tienen que ver con el pésimo nivel de los silbantes. Ahora que, si tiene las pruebas para culpar a un árbitro, que lo señale, lo evidencie y —por supuesto— que se le castigue. Querer dar a entender que van dos partidos que le marcan en contra jugadas que terminaron en gol, porque le ordenaron al silbante que así fuera, resulta ingenuo. Definitivamente, en el gol de Tigres —marcado por el chileno Eduardo Vargas— había fuera de lugar, como también no existía falta de Herrera, pero los árbitros son malísimos para todos, no nada más para Grupo Pachuca.

Sería bueno recordar que los promotores del paro arbitral fueron precisamente de este grupo y que para nadie es un secreto el buen trato que reciben los árbitros por parte de Grupo Pachuca. Existen testimonios de quienes han trabajado en sus estadios, que reconocen los regalos que siempre están para los jueces que ahí pitarán, acción que debería estar prohibida por parte de la Liga MX, pero cuyos directivos, como con muchas otras situaciones en el futbol mexicano, se hacen de la vista gorda, como si nada pasara.

Si fuera Televisa quien manejara a los árbitros a su antojo, la final León-América del 2013 hubiera sido distinta, porque al ir ganando el equipo local la ida, con un golazo de Carlos Peña, a los pocos minutos vino una jugada de penalti flagrante de Rafael Márquez sobre Luis Gabriel Rey; si no lo jala, seguro anotaba el empate. Pues ni gol, ni penalti, ni expulsión para quien fue muy importante en la consecución de ese título. El árbitro fue César Ramos Palazuelos.

Y así han existido muchos partidos que favorecen a sus equipos. En el Clausura 2015, con el arbitraje de Roberto García Orozco, el Pachuca eliminó al América en el Azteca, gracias a un garrafal error del silbante, quien marcó penalti al minuto 94, un remate dentro del área donde el balón pegó en la pierna del zaguero Pablo Aguilar y posteriormente en su mano. Sólo pongo dos por falta de espacio.

Si fuera como dice Alonso, ¿no sería al revés? Hay momentos que es mejor quedarse callado o, algo mejor, si te ordenan a declarar estupideces, tener la dignidad de decir “NO”.

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