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En abril pasado se publicó la Ley General de la Alimentación Adecuada y Sostenible en el Diario Oficial de la Federación, la cual, en su artículo 55, prohíbe que los establecimientos comerciales desechen alimentos que se encuentren en condiciones de ser consumidos por humanos.
Esta ley puede impulsar varias iniciativas para vender o comercializar alimentos aún en buen estado, pues el gobierno federal, a través de la Procuraduría Federal del Consumidor, así como gobiernos estatales, a través de sus instancias competentes, establecerán programas de difusión para fomentar hábitos que prevengan el desperdicio de alimentos.
En México desde hace cuatro años existe una aplicación llamada Cheaf, la cual comercializa alimentos de restaurantes y panaderías que, por alguna razón, ya no pueden estar en el menú o en el mostrador al día siguiente, pero que están en buen estado, por lo que se ofrecen en la plataforma con un buen descuento.
Kim Durand, CEO y cofundador de Cheaf, dijo que en México se tiran a la basura 20 millones de toneladas de comida en buen estado al año.
“Nuestra iniciativa busca usar esos excedentes y venderlos con descuento a poblaciones de bajos recursos que se beneficien de la comida”, comentó.
“Tenemos 1.5 millones de usuarios en la aplicación. Al principio hubo rechazo de los negocios sobre participar en una iniciativa como la de nosotros pues hay poca conciencia del desperdicio de alimentos”.
Otro motivo por el cual los negocios no venden sus excedentes de comida, agregó Durand, es el miedo a dañar la imagen al ofrecer productos cercanos a caducar con descuento.
“En Europa y Chile es lo contrario, lo ven como una manera de enseñarle al mundo que como empresario están tomando iniciativas para reducir su huella de carbono e impactar de manera positiva”.
Entre los negocios que venden alimentos en Cheaf están Coronado, Aranzazú, El Globo, Maison Kayser, Sanborns, Churrería Porfirio, Tierra Garat y Mora Mora, entre otros.
La mayoría son panaderías o pastelerías que arman paquetes sorpresa con cuatro o cinco piezas de pan o pastel familiar, pero que el consumidor no sabe qué es para facilitar la operación y no canibalizar el mercado, pues se trata de evitar que la gente espere a que un producto o platillo baje de precio para comprarlo.
Durand consideró que la publicación de la Ley General de la Alimentación Adecuada y Sostenible puede ayudar a concientizar a la población y a los comercios de la importancia del no desperdicio de alimentos.
“En Francia se prohíbe el desperdicio a nivel retail [minorista] y las multas son altas”, apuntó.
Una vez publicada la ley tendrá que ser adoptada por los gobiernos locales en 365 días para adaptar sus leyes locales e imponer sanciones, incentivos fiscales o multas.
El CEO de Cheaf comentó que hay iniciativas como los bancos de alimentos, pero es más complicada la operación por la gran cantidad de alimentos que recolectan y no llegan a todas las ciudades, además no reciben alimentos que necesiten refrigeración o frágiles como las berries.
Actualmente, Cheaf está en pláticas con Soriana y Chedraui para convencerlos de comercializar productos a punto de caducar.