En medio de la celebración por el primer año de vigencia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al sector exportador mexicano le preocupan aspectos como las diferencias de interpretación de las reglas de origen del sector automotriz, así como los temas laboral y energético.

El director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce), Fernando Ruiz Huarte, afirmó que la manera en la que Estados Unidos quiere contabilizar el cumplimiento de las reglas de origen de autopartes y autos difiere de lo que se negoció en el acuerdo.

Explicó que en el texto del tratado se estableció que el contenido regional de los automóviles armados en la región subirá de 62.5% a 75% para que puedan comercializarse libres de arancel entre los tres socios.

Sin embargo, Estados Unidos interpreta de manera distinta la forma en que se medirá el contenido regional de autopartes, de la parte de innovación, la producción y el pago de 16 dólares por hora en empresas.

“Interpretamos que la regla de origen es regional, de manera que si se compra una semi-manufactura de Estados Unidos que se fabricó en una empresa que paga 16 dólares por hora a los trabajadores, bien se puede terminar de armar en México, o si se incorpora a un auto armado en territorio mexicano, se cumple con la regla de origen, pero los estadounidenses no lo consideran así”, dijo Ruiz Huarte.

Es un problema de interpretación, agregó, aunque la mayoría de las empresas armadoras “pidieron una prórroga para cumplir con reglas de origen, que fue autorizada y dada por la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR). Hasta hoy no se han aplicado las reglas de origen más que en un par de empresa terminales que no pidieron prórroga”.

El tema automotriz es muy importante para México porque tiene un gran peso en las exportaciones a Estados Unidos. Por ejemplo, de enero a mayo las ventas de autos y autopartes locales hacia el vecino del norte representaron 30% del total.

“Son interpretaciones, llegaremos a acuerdos. Es uno de los temas que se vienen platicando y en el que no sólo intervienen empresas mexicanas, sino también armadoras que tienen plantas en Estados Unidos a las que les afectará esa forma de medir el contenido regional”, explicó.

Ruiz Huarte mencionó que el segundo tema que preocupa es el laboral, porque se tienen que legitimar los contratos colectivos de trabajo y “esto no se ha dado por la pandemia. Afortunadamente lo ha considerado así la autoridad estadounidense. Es un pendiente”.

El tercer tema que inquieta a más de un año de la entrada en vigor del T-MEC es el energético, destacó, en cuanto a la generación de energías limpias, que es un tema que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha puesto entre sus prioridades.

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