Cartera

Los cinco pasos del rechazo al turista

El economista George Victor Doxey formuló, en la década de 1970, un índice de irritación turística para medir el grado de rechazo que genera el turismo en un destino

Foto/Archivo El Universal
03/11/2019 |03:39
Tláloc Puga
Coeditor de la sección CarteraVer perfil

La concentración de los turistas ha impedido que los beneficios de la actividad lleguen a todo México, donde algunos destinos apenas están recibiendo a los primeros turistas y en otros los residentes lanzan las primeras señales de agobio hacia los visitantes.

Hace 44 años, el economista George Victor Doxey formuló un índice de irritación turística a mediados de la década de 1970, que mide el grado de rechazo que genera el turismo en un destino, a medida que este evoluciona en cinco fases.

Luego de estudiar las islas Barbados y las cataratas del Niágara, destinos que desde ese entonces se estaban transformando por el exceso de visitantes, Doxey presentó su teoría que si bien no tiene una base científica, ayuda a comprender la relación entre residentes y turistas, ante los brotes de turismofobia que presentan algunos sitios del mundo.

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La primera etapa es la euforia, cuando llegan los primeros turistas y son recibidos con atención, no sólo porque vienen con dinero en el bolsillo, sino porque se supone que les gusta el lugar, lo que hace sentir orgullosos a los residentes.

La segunda fase es la apatía, y se presenta cuando el turista deja de causar sorpresa e ilusión, para convertirse en objetivos de lucro y parte del paisaje cotidiano.

En la tercera fase, los residentes lanzan las primeras señales de agobio a consecuencia del volumen de turistas y el gobierno reorienta parte del presupuesto a satisfacer las nuevas necesidades del turismo, mediante la ampliación de infraestructura y mayores servicios.

Los primeros síntomas de la turismofobia aparecen en la cuarta etapa, la del antagonismo, cuando los residentes rechazan el precio que deben pagar por la presencia de visitantes y las autoridades tratan de contrarrestar los flujos turísticos mediante campañas de publicidad que, de ser necesario, pueden dar mala imagen al destino.

Finalmente, la resignación o sumisión, en la escala de Doxey, es la quinta y última fase, donde la transformación del lugar es absoluta y los residentes no recuerdan bien cómo era su ciudad o ese paraje natural antes.

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