La población en pobreza extrema se incrementó en 2021 y amenaza con seguir creciendo este año en América Latina por el ritmo lento de la economía, advirtió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

La estimación es que, a pesar de la recuperación económica del año pasado, la pobreza extrema representó a 13.8% de la población en la región, al pasar de 81 a 86 millones de personas, siendo “un retroceso de 27 años”.

En 2020, cuando se dio el impacto más fuerte de la pandemia, la pobreza aumentó por sexto año consecutivo y se sumó a una crisis silenciosa en la educación, porque hay 3.1 millones de estudiantes en riesgo de abandonar la escuela, de modo que es “imperativo el retorno seguro a las clases presenciales”.

De la pobreza moderada, el efecto de la recuperación económica de 6.2% de crecimiento en América Latina permitió que la población en esta situación se redujera de 204 a 201 millones de personas el año pasado.

La Cepal prevé que los estratos extremos pobres de la región continuaron creciendo en 2021, mientras los grupos con ingresos altos, medios-altos y medios-medios se recuperaron de la mano de la expansión económica.

Las brechas y la vulnerabilidad se pueden ampliar más en 2022, debido al menor ritmo económico que se espera y la reducción del gasto en transferencias.

“Vienen años de menor crecimiento y si no se mantienen los esfuerzos para proteger el bienestar de la población, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad”, a lo que se le suma el efecto de la inflación, que puede afectar estratos medios y bajos.

La Cepal prevé que la economía de América Latina se expanda 2.1% este año, tras rebotar 6.2% en 2021.

En contraste, el patrimonio de 104 personas millonarias de siete países de la región aumentó en 14% entre 2019 y 2021.

“Vemos con preocupación que la concentración de la riqueza creció en 41% entre 2020 y 2021, porque esos 104 millonarios poseen en promedio un patrimonio de alrededor de 11% del PIB (Producto Interno Bruto) de sus países”, explicó Bárcena.

Durante la presentación del Panorama Social de América Latina y el Caribe 2021 de la Cepal, expuso que existe el riesgo de una generación perdida por los impactos de la pandemia en la niñez, porque el cierre escolar compromete el desarrollo integral de los infantes y adolescentes.

“La población más afectada por la crisis sanitaria son las mujeres y los indígenas”, destacó.

La crisis sanitaria también provocó un retroceso de una década en los sistemas de pensiones, ya que la cobertura de la población económicamente activa en la región bajó de 46.8% a 44.7%.

“De la emergencia sanitaria pasamos a una crisis prolongada”, porque después de casi dos años de pandemia “estamos ante un deterioro en el bienestar y la salud de las personas que no es coyuntural, sino que se asocia a debilidades de los sistemas de salud y protección social que reproducen desigualdades”, dijo.

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