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El acuerdo de entendimiento que alcanzaron Estados Unidos y México en cuanto a la regla de origen para la fabricación de vehículos en Norteamérica, dentro de la renegoción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), garantiza la viabilidad de este sector en el mediano plazo, según un análisis de CitiBanamex.

“El acuerdo ofrece un compromiso cuyos costos pueden ser asimilados por el complejo automotriz sin comprometer su modelo de negocios en el mediano plazo”, destacó el reporte del banco.

Además, elimina un riesgo clave: la introducción de los aranceles de la sección 232 a los vehículos importados en Estados Unidos, lo que literalmente rompería la actividad manufacturera más altamente integrada en la región, indica el análisis.

El acuerdo preliminar, ya que falta que lo firme Canadá, estableció incrementar la regla de origen de 62.5% a 75%, es decir, que 75% de los componentes que conforman un vehículo fabricado en Norteamérica deberán ser manufacturados en la propia región.

Además, al menos 40% del contenido total de un vehículo deberá ser producido en zonas donde los salarios sean de al menos 16 dólares por hora, es decir, en Estados Unidos o Canadá.

La definición de contenido regional ahora incluirá actividades como investigación y desarrollo, marketing y ventas, aunque con un tope de 15% del contenido total en el caso de los vehículos ligeros y 20% en el caso de las camionetas pick up.

Una restricción adicional es que al menos 70% del acero utilizado por los fabricantes de automóviles se origine dentro de la región.

Al respecto, CitiBanamex considera que esta regla de origen más estricta implicará costos adicionales en competitividad y/o precios para los consumidores de la región.

“El requisito de ‘salario alto’ ayudará a reequilibrar marginalmente la producción automotriz regional a favor de Estados Unidos y en contra de México; este aparente beneficio afectará a México y posiblemente a los productores extrarregionales instalados en el país”, explicó el banco.

No obstante, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y de Scotiabank, se estima que el contenido de autopartes estadounidenses en los vehículos que se fabrican en México y se exportan a Estados Unidos fue de entre 37% y 39.5% en 2016, por lo que no será tan complicado para las armadoras nacionales incrementar este porcentaje.

CitiBanamex agregó que la industria automotriz ya está en el punto en el cual a las empresas les conviene más pagar el arancel de Nación Más Favorecida que cumplir con la regla de origen del Tratado de Libre Comercio de América del Norte para exportar a Estados Unidos.

“Se calcula que actualmente 10% del comercio regional del complejo automotriz paga la tarifa de Nación Más Favorecida, en lugar del Tratado de Libre Comercio de América del Note. En consecuencia, y todo lo demás constante, aumentar las reglas de origen más allá del 75% intensificaría esa tendencia, creando el riesgo de que la política fracase”, expuso el banco.

Pero aquí es donde juega un papel clave la carta lateral firmada por México y Estados Unidos, donde se estableció que si este último aplica la sección 232 a los autos importados México podrá exportar hasta 2.4 millones de automóviles libres de impuestos a ese país, siempre y cuando estas exportaciones cumplan con las nuevas reglas de origen.

El año pasado, México exportó 2.3 millones de vehículos a Estados Unidos, lo que significa que los niveles de exportación actuales están cubiertos a 100%.

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