Leonel Fernández Novelo*

El 2 de septiembre de 2015, en su , el Presidente Enrique Peña Nieto dijo: “Para atender las causas del delito, hemos puesto en marcha un esfuerzo nacional de prevención social de la violencia y la delincuencia. En los municipios de más de 100 mil habitantes, donde operan estos esfuerzos de prevención, los homicidios se han reducido 35%; esto es, 4 veces lo que han disminuido en otros municipios, en donde aún no se aplica este programa”.

En su discurso, si bien no adjudica directamente la baja de homicidios al Programa Nacional para la Prevención del Delito (Pronapred), nos da a entender que fueron esos esfuerzos los que generaron tal disminución. Lamentablemente, no nos ofreció mayor explicación de cómo se logró, en qué periodo de tiempo, o bajo qué condiciones.

Para obtener esas respuestas tenemos que recurrir al Tercer Informe de Gobierno publicado en la página de internet de la Presidencia de la República. En la página 78 de dicho informe obtenemos tan sólo un poco más de información. Ahora sabemos que en efecto, la Presidencia considera oficialmente como resultado del PRONAPRED el descenso del homicidio casi 4 veces mayor en los municipios seleccionados con respecto el resto de los municipios y que el periodo de referencia es entre 2012 y 2014. Nada más.

De tales afirmaciones me preocupan varias cosas. Primera, no se puede hablar de resultados de un programa sin un mecanismo de evaluación definido. Es decir, para decir que el descenso en los homicidios fue resultado del Pronapred, tenemos que contar con un mecanismo causal: ¿qué acciones en específico estuvieron encaminadas a bajar el homicidio y cómo lo lograron?  Hasta el momento no hay ningún documento público que dé respuesta a esas.

Segunda, ninguno de los objetivos del programa es bajar el homicidio: de acuerdo al Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia publicado el 30 de abril de 2014 en el Diario Oficial de la Federación, el programa “tiene por objeto atender los factores de riesgo y de protección vinculados a la violencia y la delincuencia”.

Tampoco se definieron acciones que ataquen directamente este delito o que estén relacionadas directamente. De acuerdo con México Evalúa en su documento Prevención del delito en México: ¿Cuáles son las prioridades? “la mayoría de las acciones de prevención con mayor peso presupuestal, que consisten en las de rehabilitación de espacios públicos bajo la estrategia de prevención situacional del delito, no demuestran ser producto de la identificación de riesgos concretos y oportunidades para la comisión de delitos.”

Si bien el programa puede tener impacto en este delito, lo más probable es que sea a largo plazo — no en menos de dos años—, y es importante que cuente con la evidencia suficiente para poder demostrar qué acciones lo lograron y cuáles no. Es difícil que dadas las acciones, el presupuesto otorgado y los objetivos definidos poder afirmar que el Pronapred bajó el homicidio.

Finalmente la cuestión más preocupante. De acuerdo a la gráfica que está al inicio del texto el Presidente comete un gran error al adjudicar este decrecimiento al Pronapred debido a los siguientes puntos:

  1. La tendencia a la baja en los municipios seleccionados comenzó en 2011 y se mantuvo así hasta aproximadamente septiembre de 2014 donde se estabilizó.
  2. El Pronapred inició en febrero de 2013 con la firma de los anexos únicos pero no fue sino hasta julio de 2013 que se firmaron los convenios Específico de Adhesión para el otorgamiento de apoyos (ver publicaciones del 8 de julio de 2013 del Diario Oficial de la Federación.
  3. Los recursos se entregaron paulatinamente a partir de esa fecha y los programas se empezaron a implementar después del inicio del segundo semestre de 2013. La fecha correcta de comparación sería entonces, entre el segundo semestre de 2013 y el primer semestre de 2015 (la caída de los homicidios es estos municipios fue tan solo del 16% muy por debajo de lo que cayó en semestres anteriores)

Por lo tanto, el informe de presidente está equivocado al decir que el descenso de los homicidios es resultado del Pronapred, si bien con la información disponible no se puede probar los efectos reales del programa en el homicidio, tenemos evidencia suficiente para afirmar que el descenso de los homicidios dolosos en los 82 municipios seleccionados en el primer año del Pronapred comenzó en 2011 casi dos años antes del inicio de su administración y dos años y medio antes del inicio de las actividades del Programa Nacional para la Prevención del Delito.

Es importante que el gobierno federal y la Subsecretaría de prevención del delito de la Secretaría de Gobernación entiendan la importancia de la evaluación constante de los programas de gobierno, para poder evaluar los resultados del Pronapred es importante dar seguimiento a los objetivos planteados, y medir cómo han cambiado los factores de riesgo desde el inicio del programa. Es importante que se reconozcan tanto logros y aciertos, como los errores y los problemas de gestión. Nos gustaría contar con información sobre cómo cada acción ha contribuido a generar un resultado que contribuya a la resolución de cada objetivo planteado mediante mediciones oportunas y claras.

El Pronapred no se puede evaluar en lo general, la subsecretaría se ha cansado de decirnos que la innovación del programa radica en que son multitud de programas y acciones construidos y diseñadas desde lo local, que atienden gran cantidad de factores generadores de delincuencia y violencia. Adjudicar el descenso armonioso en todos los municipios del programa del homicidio sin demostrar un mecanismo causal, es cuando menos, falaz.


*Coordinador de Observatorios Locales

*Si está interesado en consultar la metodología de la gráfica enviando un correo a leonel.fernandez@onc.org.mx

@leoxnv
@ObsNalCiudadano

Google News

Noticias según tus intereses