A diferencia de otros años, en esta ocasión me di permiso de incluir no sólo los estrenos comerciales sino además aquellas cintas que pude ver, de uno u otro modo, y que aún no encuentran estreno comercial. La decisión obedece a hacer una lista más acorde al tiempo (de nada sirve que en diciembre de 2017 les diga que La La Land es una gran película), pero también a no negar que hoy, gracias a la tecnología, se puede franquear el hecho de estar a merced de las distribuidoras y sus raras (por decir lo menos) decisiones en cuanto a fechas de estrenos.

He aquí las mejores películas de 2016.

16.- Jungle Book - Dir: Jon Favreau

Pocas veces se ha visto un maridaje tan sobrio entre el CGI y acción viva. Favreau deja en claro que el CGI no es el problema, sino su uso descarnado como sustituto del buen cine. Jungle Book es una selva de animación por computadora con grandes momentos musicales (Bill Murray cantando The Bare Necessities es una de las grandes secuencias que vimos en 2016), de humor y hasta de acción. El regreso al gran cine-evento, que alcanza sus justas dimensiones sólo si se ve en una gran, enorme, pantalla de cine.

15.- 10 Cloverfield Lane - Dir: Dan Trachtenberg

Claustrofobia, contención, misterio. 10 Cloverfield Lane  es un acezante thriller ejecutado con destreza. Una elegante pieza que funciona justo por lo sencillo de su trama, lo directo de su armado y sus actuaciones absolutamente eficaces (John Goodman merecería un Oscar el año que entra). Un ejercicio sobre la paranoia y el terror a la otredad que suena casi a comentario político en una norteamérica donde otro loco quiere apertrecharlos tras un muro.

14.- Sully - Dir: Clint Eastwood

Sully es el gran espectáculo de ver a dos hombres al mando de una misión que parece imposible: en la pantalla, haciendo gala de estoicismo, el capitán Sully rescata un avión a la deriva salvando la vida de todos y cada uno de sus pasajeros. Tras la pantalla, un Eastwood que, sin perder el flujo autoral (ésta, como casi todas sus cintas, habla sobre el heroísmo), logra hacer una gran película de un hecho bien conocido, sin que ello le reste emoción y asombro. Al frente, la actuación sin tacha de Tom Hanks (seguro nominado al Oscar) y como trasfondo una Nueva York aún con el recuerdo ominoso del 9/11; una ciudad -una nación- con hambre de héroes.

13.- Hail Caesar! - Dir: Joel & Ethan Coen

Algunos encontrarán en esta cinta de los hermanos Coen una película menor, pero es innegable que este saqueo/homenaje a clásicos de los años cuarenta y cincuenta (desde los musicales de Gene Kelly hasta las épicas de romanos pasando por el western y más) resulta no sólo en una de las películas más divertidas del año sino en un juego irresistible de referencias al cine clásico donde lo que importa no es la nostalgia sino el homenaje a un Hollywood que, a pesar de su vileza y frivolidad, sigue siendo la mayor máquina al servicio de hacer obras de arte. Eso, dicen los Coen, lo justifica todo.

12.- Tren a Busan - Dir: Yeon Sang-ho

Tren a Busan es una gran pieza de entretenimiento puro, una poderosa y bien aceitada locomotora que aún dentro de su propio espectáculo y frenesí se da la oportunidad de hacer una crítica social que termina siendo el alma de este blockbuster de terror con tintes de cine de desastres. En la superficie, tenemos un muy efectivo espectáculo de horror de supervivencia que recuerda a los trabajos, ya clásicos, de George A. Romero y Danny Boyle, pero en el fondo, Song-ho no niega su influencia máxima: el cine de Steven Spielberg.

11.-Kubo - Dir: Travis Knight

Con Kubo, los estudios Laika (responsables entre otras de Coraline y Paranorman) se imponen como el nuevo PIXAR, uno mucho menos complaciente, más oscuro, pero no por ello menos hermoso. Realizada con animación cuadro por cuadro, Kubo es un relato sobre pérdida y redención hecho con fuerza y belleza apabullantes. Viva Laika, viva el nuevo PIXAR.

10.- Rogue One - Dir: Gareth Edwards

Tuvimos que esperar más de 30 años, soportar tres precuelas horrendas y una secuela muy decepcionante, pero al fin tenemos una nueva película de Star Wars a la altura del mito. Edwards supera a J.J. Abrams regresando a las raíces, que no son el cine de Lucas sino el de Kurosawa. Quién diría que una cinta de Star Wars sin Jedis, sin peleas con sables, sin John Williams pudiera emocionarnos como -tal vez- se emocionó la generación de aquel mítico verano del 77. Rogue One dista de ser perfecta, y muchos dirán que es una cinta para fans. Puede ser, pero la emoción de ver a Peter Cushing vuelto a la vida, de ver a Darth Vader asesino, de ver a este grupo de marginados dando la vida por la causa rebelde, fue uno de los grandes momentos de 2016.

Rogue One nos regresa la fe en Star Wars.

9.- Son of Saul - Dir: László Nemes

A base de repetición, el cine sobre el Holocausto se ha convertido en casi un género. Nemes parece decir basta: hablar sobre estos temas no debería ser un paseo seguro que se viva detrás de la red de seguridad que supone una cámara distante. Nemes encuentra la forma de retratar el infierno y hacernos partícipes. Una pesadilla sobre el horror de la humanidad.

8.-The Witch - Robert Eggers

The Witch es el regreso al horror primigenio, aquel de relatos que se contaban alrededor de una fogata, es el terror provocado por la ausencia absoluta de la ciencia y el peso brutal de la fe. The Witch es también una invitación, la seducción absoluta, la tentación máxima descrita en una sola frase: Wouldst thou like to live deliciously?

7.-American Honey - Dir: Andrea Arnold

Por momentos Bonnie & Clyde, por momentos musical, por momentos documental. American Honey es la gran exploración a la américa profunda -aquella que supuestamente votó por Trump- pero desde la óptica de la adolescencia sin oportunidades y en clave de road movie. Una de las cintas más entrañables del año.

6.-Elle - Dir: Paul Verhoeven

Dos fuerzas de la naturaleza se unen en esta cinta: la actuación al extremo de la carne de Isabelle Huppert con la dirección siempre al servicio de la lasciva del perverso Verhoeven. ¿Una película amoral?, ¿humor negro?, ¿broma sin sentido? ¡qué importa!, es todo un espectáculo ver a Huppert como una depredadora sexual, que nunca pierde el estilo y que le da una nueva dimensión al concepto de “mujer empoderada”.

5.- RAW - Dir: Julia Ducornau

A algunos los convoca la sangre, el escándalo, la transgresión, pero en realidad, lo que hace sorprendente a RAW es el espectáculo de ver cómo su directora (la debutante Julia Ducornau, de apenas 33 años) resuelve con brío, pericia, incluso elegancia, pero sobre todo un fuerte sentido de la imagen, todas las situaciones que el guión le va planteando. Una exploración sumamente inteligente sobre la adolescencia, el sexo y la hermandad femenina que termina por celebrar la carnalidad y el cuerpo. Simplemente brillante.

4.- Arrival - Dir: Denis Villeneuve

La gran sorpresa de 2016. Villeneuve entrega una cinta sobre invasión extraterrestre desprovista del oropel pero con la elegancia y el formalismo del mal llamado “cine de arte”, sin restar contundencia, emoción y asombro. Estrenada justo en la semana de la elección presidencial norteamericana, la película proyecta (sin buscarlo) el sentimiento general del planeta: la pesadumbre de saber que el miedo a la otredad ha ganado.

3.-The Lobster - Dir: Yorgos Lanthimos

The Lobster es una crítica brutal al infierno de las relaciones humanas, a la idea de que no podemos estar solos, que necesitamos forzosamente hacer pareja, a como dé lugar. La sátira es poderosa, se reconocen las obsesiones actuales de una sociedad Tinderizada donde el miedo a la soledad fabrica relaciones basadas en andamiaje falso. El autoengaño que sustituye al amor.

2.- Anomalisa - Dir: Charlie Kaufman y Duke Johnson

¿Qué hace que nos enamoremos perdidamente de alguien?, ¿qué pasa cuando ello no es más que una ilusión? Es complicado no salir devastado de una cinta como Anomalisa. Nunca antes una película de animación como esta, tan pasivamente perturbadora, tan decididamente cruel, tan atinadamente dolorosa, tan desesperanzadora pero a la vez dulce y conmovedora. Un golpe que se quedará rondando en nuestra cabeza, en nuestra conversación y en nuestra vida.

1.- La La Land - Dir: Damien Chazelle

Con La La Land, el treintañero Damien Chazelle da un salto cuántico en sus obsesiones cinéfilo-musicales. Si en Whiplash, su anterior película, mostraba el costo de una obsesión (volverse el mejor baterista de Jazz), aquí lleva la reflexión sobre el arte como fin ulterior a niveles de paroxismo.

En la forma, la película es un musical que abreva principalmente de cintas como Les parapluies de Cherbourg (Demy, 1964) y Singing in the Rain (Donen, 1952) pero al final eso es lo de menos: la fuerza optimista propia del género, que va in crescendo a cada número musical estupendamente montado lo mismo mediante un plano secuencia o una cámara anfibia (extraordinaria cinefotógrafo Linus Sandgren), va acompañado, poco a poco, de un flujo en ruta inversa, melancólico, casi ominoso, que terminará por tomar tomar por asalto la cinta hasta llegar a un final devastador, cruel pero congruente, que inevitablemente acribilla a la audiencia.

Llena de gozo ver cuando un director hace la tarea, y Chazelle es un alumno aplicado: es reconocible por todo La La Land referencias que van desde Woody Allen, Michel Gondry, Paul Thomas Anderson, Charlie Kaufman, y seguro muchas más que se escapan en una sola vista. Una delicia absoluta en una película que no se despegará de la memoria en mucho, mucho tiempo.

@elsalonrojo

@Filmsteria

Aviso:

El autor de este blog se tomará un par de semanas de vacaciones para recibir el gasolinazo como debe ser: en la cama viendo películas. Agradezco a todos ustedes, lectores asiduos (y a los que no son asiduos, también) el tiempo que durante este año han dedicado a este espacio.

Feliz 2017 y que dios nos agarre confesados.

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