La temporada de subastas relojeras arranca con las tres casas más importantes enfrascadas en un intenso cuerpo a cuerpo. Phillips, Sotheby’s y Christie’s compiten con piezas de alto voltaje para romper récords. Y Rolex y Patek Philippe vuelven a colocarse en la línea de salida como las firmas top. 
Phillips, que vendió 100 millones de dólares en pujas de guardatiempos el año pasado gracias a su alianza con Aurel & Bacs, apuesta por el Rolex Ref. 6062 Bao Dai, que puede duplicar el precio máximo estimado de 1.5 millones de dólares. 
Perteneció al último emperador de la dinastía Nguyễn de Vietnam, Bao Dai, que significa Guardián de la Grandeza. Él mismo compró este guardatiempo en Ginebra en 1954, cuando asistió a la conferencia histórica para alcanzar la paz con Indochina después de la Guerra de Corea. Ese año, era el Rolex más caro. 
Fue producido en 1952 y es el modelo con caja Oyster más complicado de la casa, por su triple calendario con funciones de día, fecha, mes e indicación de fases lunares. Aloja un mecanismo automático. Tiene caja de oro amarillo y esfera negra, y es el único de tres ejemplares con índices de diamantes en las horas pares. Se subastará durante el 13 y 14 de mayo.
Pero Sotheby’s será un competidor de respeto con el Calibre 89 de Patek Philippe, que puede alcanzar casi 10 millones de dólares en la subasta Important Watches, a celebrase en Ginebra el 14 de mayo. Su precio de salida estimado es de entre 6.4 y 9.9 millones de dólares. 
Es el reloj más complicado de la casa ginebrina y se produjo para conmemorar el 150 aniversario de la firma en 1989. Sólo hay cuatro ejemplares. El primero salió en 1989. Los otros tres tardaron otros nueve años más en concluirse, y fueron piezas de oro rosa, oro blanco y platino. Además, hay un prototipo que se exhibe en el Museo Patek Philippe. 
El reloj que se pondrá a la venta en Sotheby´s es el primero, lanzado en 1989 y con caja de oro amarillo.
Christie’s también tiene un as bajo la manga. Se trata del Patek Philippe Ref. 2497 Haile Selassie, que fue propiedad del emperador etíope Haile Selassie. Se lo regalaron en una visita oficial a Suiza en 1954. Él, a su vez, se lo obsequió a una personalidad africana sin identificar y ahora es el hijo de ese individuo quien lo lleva al piso de remates. 
Se trata de un ejemplar excepcional de oro, posiblemente pieza única, con calendario perpetuo, segundos centrales, fases lunares, esfera negra luminosa con estilo militar, manecillas alfa y el fondo grabado: “Antigua propiedad de su majestad, rey de reyes, Emperador Haile Selassie I de Etiopía”. Se puede vender por un millón de dólares el próximo 15 de mayo, también en Ginebra.

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