Para este regreso a clases del ciclo escolar 2016 – 2017, ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, siempre pensando en la seguridad de los niños presenta algunos puntos importantes para que el regreso a clases transcurra sin ningún contratiempo.

Ellos son usuarios desde el primer momento

Stuart Schechter, investigador de seguridad de Microsoft, definió en 2013 a los niños como un “adversario formidable” de la seguridad, diciendo que representan un reto único a la protección del hogar por ser “hackers naturales”.

Gran parte de su desarrollo va de la mano de la exploración y los intentos de entender, desarmar y reparar los objetos que forman su mundo, por lo que “mucho de lo que los psicólogos infantiles llaman ‘aprendizaje temprano’ sería llamado ‘hacking’ por los tecnólogos”.

Y es si bien es cierto que su curiosidad es inmensurable, hay mucho que como adulto puedes hacer para evitar que sean “enemigos de la seguridad”.

Hay que desarrollar la habilidad de enseñarles a confiar en su propio juicio, A esta altura ya comprendimos que el enfoque de lista de tareas no es suficiente para cuidar su actividad en línea, sino que se necesita desarrollar la habilidad de enseñarles a confiar en su propio juicio, para que no dependan enteramente de las soluciones técnicas.

También aprendimos que hay que acompañarlos desde el primer momento para evitar esa sensación de que ellos saben más: incluso si esto es cierto a veces, el adulto está mejor preparado para aplicar su experiencia en afrontar los aspectos menos agradables de la vida en general a la vida en línea. Tener conocimientos técnicos no es igual a saber hacer frente a determinadas situaciones, y querer explorar la tecnología no es igual a ser un “adversario” de la seguridad.

Con acompañamiento y un diálogo abierto lograrás que “niños” y “seguridad” no sean opuestos sino dos cosas que van de la mano.

Cuál es tu tarea

Los riesgos pueden ser variados y hemos hablado de ellos: grooming, ciberbullying, sextorsión, infecciones de malware, descargas o suscripciones indeseadas, robo de información, spam o engaños. Lo importante, como siempre, es que estés al tanto de ellos para saber cómo afrontarlos.

Y ¿cómo hacerlo? Como dijimos, las listas de tareas y buenas prácticas son el punto de partida por excelencia y constituyen todo lo que está a tu alcance para protegerlos. Hay cuatro prácticas que no deberían faltar:

La “limpieza” de dispositivos

Echa un vistazo a los programas y aplicaciones que los dispositivos (computadoras, smartphones o tabletas) de tus hijos tengan instalados. Siempre puede haber algún software desactualizado que ya no usan pero todavía guardan, sin saber que puede necesitar parches porque, de lo contrario, podrían convertirse en puertas de entrada para malware o cibercriminales.

Para decirlo de forma simple: si tu hijo ya no usa ese programa, bórralo. Es una tarea sencilla que puedes ejecutar desde el administrador de aplicaciones. De paso, verifica que todos los otros programas y el propio sistema operativo estén actualizados a la última versión disponible.

La revisión de contraseñas

Si tu hijo es adolescente seguramente no querrá que sepas sus contraseñas y las cambiará ante la menor sospecha de que las conoces. Pero aquí lo importante es que te asegures de haberle enseñado las mejores prácticas para crear contraseñas, es decir, usar números y caracteres especiales, mayúsculas y minúsculas, palabras y frases difíciles de adivinar pero fáciles de recordar. También recuérdale que lo mejor es almacenarlas en un gestor de contraseñas, para no tener que recordarlas.

La revisión de redes sociales

Al igual que con las apps, es recomendable que cierres todas las cuentas que tu hijo ya no use. Si creció, es probable que ya no entre a sitios de dibujos animados o a comunidades infantiles en lo que lo habías ayudado a registrarse.

Por otro lado, asegúrate de que sabe con quién se relaciona, cómo identificar engaños o perfiles falsos y que los ajustes de seguridad y privacidad de sus perfiles están bien configurados.

El uso de herramientas de seguridad y control parental

Muchas de estas tareas pueden parecerte abrumadoras, sobre todo si tienes más de un niño que proteger, pero recuerda que hay herramientas que te facilitan el trabajo. Una solución de seguridad es el punto de partida porque protegerá a tus hijos contra el malware, pero no podrá controlar sus actividades en línea.

Por eso, el control parental es ideal para crear reglas y filtros que harán más segura la navegación.

Y cuál es su tarea

Ahora falta la otra parte: la que más allá de los controles que hayas aplicado, las configuraciones y consejos que hayas brindado, recae en ellos. Tal como cuando empieza a salir solo y saber que no podrás acompañarlo cada segundo, sino que deberás confiar en que aprendió a cuidarse solo gracias a tus enseñanzas. Y de seguro lo hizo.

Con tu ayuda, no será un “enemigo de la seguridad” sino un aliado de la navegación segura.

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