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Aunque casi 37 millones de mexicanos acudieron a las urnas el pasado 7 de junio para elegir diputados federales, esto sólo representó 47% de todos los que pudieron haber participado. Pese a que la cifra rompió con los bajos pronósticos que se tenían, al final cada voto salió más caro como consecuencia del abstencionismo. La situación no fue distinta en los comicios locales.

Un ejercicio realizado por la Unidad de Datos de EL UNIVERSAL, para el Distrito Federal y las nueve entidades donde se eligió gobernador, revela que el costo del sufragio local rondaría entre los 160 y 383 pesos, escenario que sólo hubiera sido posible si todos los ciudadanos inscritos en la lista nominal hubieran votado.

Pero en las entidades donde la gente presentó más renuencia para ir a las urnas, el costo del sufragio incluso se triplicó, llegando a los 900 pesos por cada voto.

Desencanto electoral

Los habitantes de la capital del país mostraron su decepción con el gobierno del sol azteca. Después de tener el control de 90% del Distrito Federal, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se quedó con tan sólo seis demarcaciones. Este desencanto también provocó que apenas 40% de los más de siete millones de capitalinos que integran la lista nominal decidiera votar. Menos de tres millones eligieron a los 16 jefes delegacionales y los asambleístas.

Esta baja participación salió cara. El costo real del voto en la ciudad pasó de 213 pesos (con un 100% de participación) a casi 550 por cada sufragio emitido. El Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) tuvo uno de los presupuestos más altos para cubrir los gastos de la época electoral, incluso por encima de órganos como el de Nuevo León, entidad en la que además de elegir 51 alcaldes y renovar el Congreso local, se votó por gobernador.

Baja California Sur fue uno de los sitios donde el abstencionismo elevó considerablemente el costo del voto. El desencanto por las elecciones prevaleció y sólo 54% de su población fue a las urnas. En un escenario ideal, donde todos los sudcalifornianos hubieran acudido a votar, el costo de cada sufragio hubiera sido de 375 pesos. Pero el abstencionismo hizo que esta cifra se elevara hasta los 911 pesos, siendo el estado con el mayor incremento de las 10 entidades analizadas.

Después se encuentra Sonora, estado donde habrá alternancia de poder. Con 53% de participación ciudadana para elegir gobernador, el costo de cada voto fue de 799 pesos. Le sigue Campeche, donde sólo la mitad de los pobladores votaron y el costo de cada sufragio significó al erario un desembolso de 712 pesos, el doble de lo que hubiera costado si todos los campechanos hubieran participado.

Para realizar este cálculo se consideró el presupuesto asignado a cada instituto electoral como un valor aproximado de lo que costó la elección, incluyendo las prerrogativas a los partidos políticos.

Se tomó este dato porque era el único que aparecía de manera uniforme en los portales de transparencia de los institutos electorales de las entidades federativas para las cuales se realizó el ejercicio.

El costo de cada sufragio en el escenario donde todos hubieran votado se obtuvo dividiendo el presupuesto de cada instituto entre el número de ciudadanos que aparecen en la lista nominal del estado actualizada al 30 de abril de 2015.

Para calcular el costo real se dividió el presupuesto destinado a cada instituto entre el número de ciudadanos que votaron para elegir gobernador. En el caso del Distrito Federal, se tomó como referencia el número de capitalinos que acudieron a las urnas para elegir a sus jefes delegacionales.

La votación de cada estado se obtuvo de las cifras que arrojaron los Programas de Resultados Electorales Preliminares (PREP) de cada órgano electoral. Estos datos podrían presentar ligeras variaciones después de que se presenten los resultados de los cómputos distritales.

El caso atípico

Nuevo León dio un giro de 180 grados en su política. Por primera vez un candidato independiente, Jaime Ramírez El Bronco, fue elegido por los ciudadanos para gobernar el estado, dejando muy lejos a los partidos políticos.

Esto se vio reflejado en la participación de la sociedad neolonesa. El 59% de la población que se encontraba en la lista nominal acudió a las urnas para emitir un voto diferente al de años atrás. A pesar de esto, el costo del voto en la entidad norteña fue de 407 pesos en promedio. Alrededor de 186 pesos más si se hubiera registrado un 100% de participación.

Inseguridad y democracia

En Guerrero y Michoacán, las dos entidades que han salido en titulares nacionales durante los últimos meses debido a la inseguridad y la corrupción que aquejan a la población, 54% de la población en lista nominal acudió a las urnas para elegir a su futuro gobernador. Esto generó que el costo del voto de cada ciudadano fuera de 348 y 364 pesos, respectivamente.

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