En el pasado artículo hice algunas afirmaciones que sintetizo, y las cuales, el 1° de julio quedaron confirmadas.

1. Andrés Manuel López Obrador será el próximo presidente de la República.

2. Las y los ciudadanos quieren gobernantes comprometidos y responsables con los problemas del país y las causas del pueblo.

3. Los procesos electorales son instrumentos de la democracia para que el pueblo decida el rumbo del país.

4. La época de los “votos duros” quedó atrás.

5. Los votos tienen hambre, tienen sed, tienen dolor, tienen esperanza, tienen derechos y claman justicia.

La doctora Claudia Sheinbaum es la primera mujer electa que gobernará la Ciudad de México. Además, Morena ganó las gubernaturas de Veracruz, Morelos, Chiapas y Tabasco. Puebla se resolverá en los Tribunales Electorales, debido a las irregularidades cometidas por Acción Nacional y, seguramente, será un triunfo más a los ya obtenidos; y obtuvo la mayoría absoluta en las dos Cámaras del Congreso de la Unión.

Destaca, por supuesto, la alta participación electoral con poco más de 62%. Es claro que los ciudadanos, mayoritariamente, decidieron por un nuevo Poder Ejecutivo, un nuevo Congreso y por una nueva manera de hacer política.

En este orden de ideas, me parece irrelevante abundar sobre por qué el PRI, el PRD y el PAN están heridos de muerte, y por qué los partidos pequeños denominados “satélite”, perderán el registro y serán sepultados. Tod@s sabemos cuáles son las razones.

Lo que realmente me parece importante es hablar del triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional, encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, que hizo posible al pueblo de México ser el gran ganador de la contienda.

Los ciudadanos confiaron en el poder y en el valor de su voto, salieron a las urnas con la convicción de hacer posible un cambio profundo en el sistema político mexicano y lo lograron.

La ciudadanía participó con esperanza y confianza, convencida de que merece tener una mejor calidad de vida y recibir equitativamente los beneficios de la riqueza de nuestro país.

El pueblo de México ganó porque tendrá al gobierno y a los representantes populares que eligió. Ganó porque renovó sus aspiraciones, sus causas y su compromiso cívico y social con las presentes y futuras generaciones.

Hoy, los mexicanos sabemos de cierto que el voto útil no es para evitar que llegue un candidato a costa de declinar por el de su preferencia.

El voto útil es el que se ejerce con orgullo y convicción; es valiente y no se le descompone el rostro por el espanto; es honesto y no se vende por dinero, láminas, bultos de cemento o despensas; es inteligente porque distingue entre la ficción y la realidad.

El voto útil es el que combate la pobreza, la inseguridad, el desempleo y los malos salarios; hace posible acceder a mejores oportunidades de desarrollo, alcanzar el bienestar y lograr la igualdad; es el que rechaza la corrupción y tiene la calidad moral para exigir transparencia y rendición de cuentas.

Cada voto útil tenía al reverso escrita de puño y letra una leyenda: “Al pueblo se le respeta”.

Pidieron el voto útil y el pueblo votó, tarde se enteraron que la nueva historia que estamos escribiendo junt@s tiene un lenguaje común, ha resignificado los conceptos y acuñado nuevos para que tod@s puedan leerla y agregarle párrafos e incluso capítulos.

Una historia propia, sin repeticiones ni plagios, sin retórica rebuscada, abierta a todas las plumas, y cuyos derechos de autor pertenecen al pueblo de México.

Diputada federal y activista social. @LaraPaola1

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