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María Dolores Ballesteros resalta que no tiene nada que decirle a los jóvenes que quieren estudiar una licenciatura en cualquier materia. “Se predica con el ejemplo”, responde la mujer que a sus 80 años acaba de titularse en Derecho por la Universidad del Valle de México (UVM), campus San Ángel.

Inició su trabajo como enfermera cuando tenía 18 años, estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y trabajó en el Instituto Nacional de Cardiología y en el Centro Médico Siglo XXI. Migró a Estados Unidos y también estuvo en Canadá, países donde desempeñó su profesión hasta que regresó a México.

La misma mujer que para sus compañeros en UVM siempre será Lolita tiene cuatro hijos y seis nietos, Eli, el más pequeño, tiene 17 años y estudia la preparatoria en la UNAM, quiere graduarse en Ciencias Políticas y asegura: “Quiero ser como ella y todavía mejor, superar esos logros que tiene”.

Para la graduada, la situación de violencia que vive el país es lamentable. Esta no disminuirá, dice, por muchos cambios que hagan al Sistema Penal Acusatorio. “La violencia supera el tiempo con el que se trata de dar respuesta, las leyes están, pero su aplicación no es correcta, no es eficaz”.

Al filo de los comicios para elegir gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, María Dolores entiende la indignación social que producen los procesos electorales. “Hay gente que piensa ‘una burla más para todos y un premio para quienes obtienen el puesto’, porque no lo ocupan para servir a nuestro país, sino para beneficiarse ellos, y más de uno, lo sabemos perfectamente, va a vaciar las arcas de su estado y se irá a otro país con ese dinero”, apunta.

En entrevista con EL UNIVERSAL, María Dolores dice que el nuevo Sistema de Justicia Penal no es bien visto por todos, pero es necesario. “Todo lo nuevo no se ve con confianza, a la vista de algunas personas no es favorable, pero si se analiza tiene beneficios. Este nuevo sistema ayudará a descongestionar un tanto los sitios donde se encuentran las personas recluidas, que ya no caben; va a ahorrar tiempo y con ese ahorro va a venir uno económico”, dice.

Convoca a los abogados a modificar también su criterio, apegarse al nuevo sistema y estudiarlo y modificarlo en cada caso. “Como toda cosa nueva debe tener variedad, diferentes ángulos que le corresponden en la particularidad”, comparte.

Consigue título en Derecho a sus 80 años
Consigue título en Derecho a sus 80 años

Acerca de la nueva licenciatura que concluyó, Lolita señaló que las ramas civil, mercantil y penal le resultan interesantes.

“A mí los tres tipos me llaman la atención, sin embargo, tengo inclinación mayormente por el penal y agrario”, comentó.

Para cambiar la situación que vive México, Lolita sabe que las palabras no sirven de mucho cuando lo que se requieren son acciones, la manera en que cada persona puede ayudar es “simple y sencillamente haciendo lo que les corresponde”, afirma.

“Los abogados, desempeñando el cargo que les corresponde, siendo juez o ministro, gobernador, en lugar de hacer gran cosa, solo hacen lo que les toca, verificar que se cumpla la ley. Las leyes están bien hechas, sólo hay que verificar que se cumplan y aplicarlas correctamente”, sentencia.

María Dolores ama leer y le apasionan las flores, sus favoritas son las orquídeas. “Tengo una pequeña colección de orquídeas, desde bebitas, pequeñitas; hasta las que están en esplendor, me gusta mucho cuidarlas, son mi pasatiempo favorito”, señala.

Sobre los libros, menciona a los clásicos, Patrick Süskind con El perfume y Fiódor Dostoyevski con Crimen y castigo. También disfruta de las novelas policiacas, “sobre todo cuando hay una participación de tipo legal, donde participa el derecho”, comenta.

Su nieto compartió con El Gran Diario de México que la casa se llenó de libros sobre el derecho de amparo, códigos penales y civiles. “Era verla sentada todas las tardes frente a la computadora haciendo tarea”, recuerda sobre el tiempo que tuvo una abuela estudiante.

“Si estoy en la cama, tengo un libro en mi buró; si estoy en la cocina, por ahí lo tengo encima del horno de microondas; y si estoy en la televisión, ahí junto tengo el libro”, confiesa Lolita. Contrario a la imagen de toda abuela mexicana no le gusta cocinar, sólo lo hace si no hay quién más haga la comida para sus nietos y sus hijos.

Agradece a la UVM no haber recibido un trato preferencial y sí las mejores atenciones en su paso como estudiante. “Para mí es una satisfacción haber podido alcanzar este logro, pero no me llena, siento que me falta todavía”, apunta.

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