A partir del 1 de enero el dinero alcanza cada vez para menos y el ingreso de una familia no es suficiente para surtir la lista del mandado, coincidieron clientes y comerciantes de mercados en la Ciudad de México. Destacaron que el gasto no se puede estirar más, por lo que ahora queda comprar por pieza y comer menos.

Comerciantes consultados dijeron a EL UNIVERSAL que esperan incrementos de hasta 40% en el costo de alimentos de la canasta básica a partir de la próxima semana.

Lo que más ha subido desde principios de diciembre es la carne de cerdo. Se elevó de entre 80 y 85 pesos a 100 pesos el kilo; la de res está en 140 pesos desde julio; la cebolla, de 12 a 20 pesos; el limón pasó de 10 a 25 pesos; el jitomate, primero se vendía en 20 pesos el kilo pero bajó y subió de nuevo.

Entre el 24 de diciembre y el 3 de enero, la piña que estaba en 17 pesos el kilo pasó a 30; la papaya costaba 12 pesos el kilo y ahora cuesta 15; el chile poblano pasó de 10 a 25 pesos; el tocino, de 65 a 72pesos; la longaniza, de 75 a 80 pesos; y el brócoli, que costaba 10 pesos la pieza, ahora está en 17.

Para la próxima semana se esperan incrementos en la leche, crema, huevo y carne de pollo; los comerciantes, quienes compran sus productos al mayoreo, están conscientes de que la mayoría de ellos provienen de otras entidades, como el Estado de México y Veracruz, por lo que esperan que el incremento a la gasolina y combustibles les “pegue”.

Guillermo Álvarez, quien tiene su carnicería en el mercado de San Juan, platicó que ésta es la primera vez que ha visto incrementos tan agresivos en los 30 años que lleva dedicándose al negocio. Asegura que parte de estos los ha tenido que absorber, sacrificando ganancias. Está consciente de que si sube los precios perderá clientes.

“Desde mediados del año pasado ha habido un incremento en la carne de puerco, que llegó hasta 40% en diciembre, 35 pesos por kilo. Hemos tenido que absorber una parte proporcional nosotros, porque ante la baja de ventas esa ha sido la solución. Éste ha sido el año con peores incrementos, demasiado agresivos.

Mayra Pérez Badillo, almacenista de 26 años, dijo que con su salario esperaba comprar un kilo de bisteces de res, pero al costar 140 pesos el kilo, prefirió chuleta de puerco y compró poco menos de un kilo.

“Ha habido un incremento en la carne y la fruta en todos los precios. Antes con 100 pesos compraba fruta y verdura, ahora te traes un cuarto de kilo de cada cosa para no pasar de la base que tenías. Ahora compras lo mínimo para que te alcance para todo. Mi esposo y yo trabajamos, pagamos renta. Estoy preocupada, enojada, no sé qué vamos a hacer”, indicó.

Arturo Ramírez atiende una cremería en el mercado Martínez de la Torre en la colonia Guerrero. Dice que han aumentado los precios de las latas y los embutidos. Platica que su proveedor de lácteos no le ha querido surtir; piensa que es porque viene un incremento. Lo ha visto en los lácteos, por ejemplo, el queso de canasta subió 20 pesos por kilo de una semana a otra.

“Desde noviembre empezaron a subir los precios: ahora con 100 pesos no te llevas nada. Yo no entiendo, a nosotros no nos alcanza. Tenía 100 pesos y sólo pude comprar pura chuleta, fueron 70 pesos”, dijo la señora Elvira María, quien aseguró que en cambio los legisladores tienen más apoyos que los trabajadores.

“Nos gusta la fresa, pero la dejamos de comprar porque subió, el queso también. No compramos todo lo que necesitamos, una semana una cosa y la siguiente otra. Vamos a tener que comer menos”, lamentó.

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