“La fuerza de los mexicanos está precisamente en la unidad nacional, en el respaldo a nuestro gobierno, que con toda razón ha dejado en claro que la dignidad y soberanía nacional no son negociables”, expresó el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México.

Al emitir un mensaje luego de la homilía dominical realizada en la Catedral Metropolitana, Rivera Carrera celebró la “espontánea unidad” del pueblo mexicano ante las amenazas que se ciernen sobre los inmigrantes que viven en Estados Unidos, sobre la economía nacional y el futuro de empresas y fuentes de trabajo, y aseguró que al estar unidos el país saldrá adelante.

Enfatizó en que México es un país grande, con una cultura memorable y una historia rica en contrastes, que además tiene una fe inquebrantable y con una claridad de identidad nacional de la que nos sentimos muy orgullosos.

El clérigo subrayó que no son los ciudadanos norteamericanos los que están en contra de nuestro país, sino solo algunos de sus gobernantes y mencionó que la iglesia Católica de Estados Unidos, es un ejemplo de ello dado que ha mostrado solidaridad y hermandad con los mexicanos.

“Por eso hoy apelamos a nuestros hermanos norteamericanos de buena a voluntad para que apoyen a México, porque apoyar a este país que ha sido un vecino amistoso y leal contribuye al bienestar y prosperidad de los mismos Estados Unidos”, dijo.

Resaltó que América no es solo el país vecino, sino el continente entero, conformado por países como México, Argentina, Perú o Canadá.

Señaló que actualmente se debe buscar una integración económica y mundial “en la que abanderar de nuevo, viejos nacionalismos y proteccionismos, es una insensatez, es una quimera que agotada su ilusión, sólo dará frutos amargos de odio, aislamiento y pobreza”.

Expresó que como ciudadanos no debemos caer en las provocaciones y agresiones del presidente estadounidense Donald Trump y que “México como tantas veces lo ha reiterado el papa Francisco, debe creer en el diálogo, debe optar por los puentes y no por el muro de la vergüenza, ese muro de la ignominia que no defiende a los Estados Unidos, sino que lo aislará, no sólo de México y Latinoamérica sino también del mundo”.

En este sentido pidió que “actuemos como cristianos siguiendo el consejo de Jesús: 'no devuelvan el mal con mal, oren por sus enemigos'".

Señaló que ha visto con gusto cómo se han organizado campañas de oración e invitó a la sociedad a unirse a ellas, “imploremos a la Santísima Virgen de Guadalupe, patrona de América a fin de invocarla como consuelo de los afligidos para pedir por nuestra patria, por nuestros hermanos inmigrantes, y por la paz y concordia de nuestro país, unidos siempre seremos fuertes con nuestra fe en Cristo nuestro señor y en María de Guadalupe, México será próspero”.

El cardenal exhortó a todos los mexicanos a no tener miedo, y a ser uno solo en favor del país.

“No tengamos miedo, hoy más que nunca debemos estar unidos y ser solidarios, esta es la hora de México, de voltear a nosotros mismos y descubrir nuestras propias capacidades y oportunidades, no olvidemos la sabiduría popular que reza ‘no hay mal que por bien no venga’ tengamos confianza, no perdamos la fe y trabajemos sin descanso para hacer de nuestro México una patria digna, fraterna en la que se haga realidad el reino de cristo, un reino de amor, de justicia y de paz, es por México”, puntualizó.

Durante la misa también se elevó una oración por el país y los mexicanos, así como por todos los mexicanos que viven en otros países “para que olvidando las diferencias ideológicas, políticas y religiosas, cultivemos la unidad nacional y hagamos frente a los retos  que se presentan a nivel internacional”.

También se pidió porque el Ejecutivo federal tome decisiones en favor de México. “Por el señor presidente, licenciado Enrique Peña Nieto, para que el señor le ilumine en todas las decisiones que deba tomar en beneficio de nuestra nación”.

Se rezó por los empresarios y “los ricos”  que se dedican a negocios internacionales “para que pongan énfasis en la economía nacional y puedan crear empleos y salarios justos para todos los mexicanos”.

También pidió por los connacionales en Estados s Unidos, “por los migrantes y por quienes han tenido que dejar sus hogares en búsqueda de un mejor futuro, para que sea la búsqueda de la paz y la justicia el principal objetivo de sus acciones”.

Por último, se oró por aquellos que tienen hambre y sed de justicia en la república, y por “los que han venido a nuestra nación en búsqueda de refugio y trabajo, para que encuentren en nosotros la respuesta a su súplica y vean cubiertas sus necesidades”.

El cardenal, Norberto Rivera, suplicó porque por la sabiduría de gobernantes y por la honestidad de los ciudadanos se consoliden la concordia y la justicia, “y así sea posible construir una paz, y un progreso perdurable”.

lsm

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