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Los jóvenes mexicanos se están preparando para convertirse en empleados y optar por una carrera técnica que los aleje de la deserción escolar, mientras que el emprendedurismo (que desarrollen sus propias empresas y se vuelvan empleadores) está menos extendido en nuestro país que en América Latina y el Caribe, y es más difícil iniciar una empresa.

El más reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Perspectivas económicas de América Latina 2017. Juventud, competencias y emprendimiento, señala que en nuestro país ha habido un impulso importante a la educación vocacional y técnica.

Este tipo de formación (que se imparte a partir del nivel medio superior) representa una opción para los jóvenes que se encuentran en riesgo de deserción escolar. En ese contexto, 17% de los jóvenes está inscrito en una institución de este tipo.

Estudio señala que el nivel educativo en México es menor que el promedio de la región en el nivel medio superior, pero mayor en educación superior. En 2014, 45% de los jóvenes (de 25 a 29 años) terminaron la secundaria (en comparación con el promedio de 55% en América Latina y el Caribe) y 18% completaron sus estudios de nivel superior (frente al promedio de 16% en esta región).

“Como otros países de la región, México enfrenta altas tasas de deserción escolar y un bajo índice de finalización de ciclos de enseñanza: 41% de los jóvenes (de 15 a 29 años) dejaron la escuela sin terminar la educación secundaria. La educación técnica y vocacional desempeña un importante papel social en México al ofrecer posibilidades de aprendizaje a estudiantes que corren el riesgo de abandonar sus estudios o que viven en regiones apartadas”, señala el reporte.

Capacitación, en el olvido. El reporte destaca que México es la nación que menos dinero gasta en políticas activas del mercado laboral, puesto que su inversión representó sólo 0.04% del Producto Interno Bruto (PIB) en programas de capacitación laboral, cifra muy inferior tanto al promedio de la región, que es 0.12%, como al de la OCDE, de 0.15%.

En contraste, en nuestro país sólo 5% de los jóvenes de 14 a 29 años son trabajadores por cuenta propia (en comparación con 16% de América Latina) y 2% de ellos son empleadores (la misma cantidad que en la región). En México, 17% de los emprendedores jóvenes (de 18 a 29 años) en la etapa inicial de su emprendimiento inician empresas por necesidad, cifra que está por debajo del promedio regional (26%) y es similar al promedio de la OCDE (16%).

El estudio encontró que en nuestro país los obstáculos a la actividad empresarial son ligeramente mayores que el promedio de la OCDE, pero menores que los registrados en la región de América Latina. Entre los obstáculos más importantes a los que se enfrentan los emprendedores están la protección de la reglamentación y las cargas administrativas para las nuevas empresas.

Para el organismo internacional, fomentar el emprendimiento de los jóvenes ayuda a promover la generación de empleos y la movilidad social, “generando a la vez una transformación productiva (...) Los jóvenes emprendedores latinoamericanos suelen tener una menor educación y provenir de entornos socioeconómicos más desfavorecidos que los de las economías de la OCDE”.

“Con menos recursos, competencias y experiencia, aquellos afrontan mayores obstáculos en la creación de empresas a la hora de acceder al financiamiento, adquirir competencias empresariales, integrar redes empresariales, crear nuevos mercados y superar las barreras regulatorias. En cierta medida, las políticas públicas en estos ámbitos han mejorado las perspectivas de emprendimiento joven”.

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