Entregan a Profepa animales, algunos de especies en riesgo

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La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) rescató una cría de venado cola blanca (Odocoileus virginianus), un búho café juvenil (Ciccaba virgata) y tres crías de boa constrictora (Boa constrictor).

En el caso de la cría de venado cola blanca, se trata de una hembra de aproximadamente cinco meses de edad, en buen estado físico y de salud. Fue entregada a la Profepa de manera voluntaria por un ciudadano.

Habitantes del municipio de Colima entregaron también de manera voluntaria un ejemplar de búho café juvenil y tres crías de boa constrictora. Todos estaban en buenas condiciones físicas y de salud, por lo que fueron liberados en su hábitat natural al estar aptos para la supervivencia.

La boa constrictora está incluida en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 como una especie amenazada. Los otros ejemplares no están en esa lista.

Inspectores de la Profepa, con apoyo de personal del Parque Regional Metropolitano Griselda Álvarez Ponce de León, trasladaron al cervatillo a la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) Parque Ecológico El Palapo, SPR de RL, ubicado en la comunidad de Agua Zarca, para su resguardo y cuidados pertinentes.

La persona que entregó al cervatillo comentó que vio al ejemplar en una zona boscosa del municipio de Coquimatlán, pero al buscar a su madre en los alrededores y no encontrarla, decidió capturarlo para entregarlo a las autoridades para su resguardo.

En tanto, en el municipio de Guadalupe, Chihuahua, la dependencia federal recibió un ejemplar hembra de lince americano, también conocido como gato montés (Lynx rufus), de aproximadamente seis meses de edad y que presentaba triple fractura en una de sus extremidades traseras.

Se tomaron radiografías al gato montés, mostrando que tenía tres fracturas: en el húmero, el fémur y la tibia de las patas izquierdas delantera y trasera, además de que se le encontró en estado de deshidratación y un elevado nivel de desnutrición, por lo que se le suministró medicamento y se le dio terapia de fluidos para prepararlo para las ortopedias correspondientes.

Después de la intervención médica para corregir las fracturas que presentaba, el lince consume alimentos y se recupera positivamente. Se estima que cinco semanas tomará la recuperación total del ejemplar, por lo que después de ese lapso se valorará la posibilidad de liberarlo en su hábitat natural o enviarlo a una UMA.