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“Los planes de Dios son perfectos, creo que si algún día afuera hubiera querido conocer al Papa no lo habría logrado”, sostiene Evila Quintana Molina, interna del Cereso de mujeres de Ciudad Juárez, quien dirigirá un mensaje al papa Francisco durante su visita al que hasta hace unos años era el penal más violento de América Latina.

De 34 años, Evila está recluida por haber cometido un fraude contra una institución bancaria y purga una condena de ocho años de prisión, de los cuales cumplió cinco y medio.

Asegura que todavía no puede creer la experiencia que está por vivir y pasa noches en vela por la emoción de saber que hablará ante un hombre al que admira profundamente.

Fue seleccionada por sus dotes de oratoria, lectura y emotividad, habilidades que —afirma— obtuvo por su preparación profesional, puesto que cuenta con un título universitario en Comercio Internacional. Esas mismas cualidades son las que la llevaron a estar tras la rejas, se reprocha ella misma, porque el nivel educativo le dio las herramientas para cometer el delito que la llevo a la cárcel. Curiosamente el fraude lo cometió un día 17 de febrero, misma fecha en que hablará ante Francisco.

“Me llamaron para una audición. Leí un texto sobre la tortura, pensé que querían que expusiera algo sobre los derechos humanos. Días después la comandante me informó que iba a hablar ante el Papa, la verdad no le creí, supuse que era una broma porque en ese momento la visita era un secreto, nadie lo sabía”, recuerda entre risas.

Cuando Evila fue detenida la tras- ladaron a un penal federal en Matamoros, fue hasta dos años después que logró regresar a su natal frontera. En todo este tiempo no ha vuelto a ver a su esposo, puesto que él era cómplice y a la fecha permanece recluido en un Cefereso, ambos bajo la misma causa penal.

Rememora que viene de una familia católica, pero que conoció a Dios hasta el día que vio los ojos de su hija. Su pequeña Camila vive en casa de unos familiares y sólo la ve cada 15 días, pero a pesar de ello siguen muy unidas, al grado que la niña la ayudó a redactar el mensaje para el Papa.

“¿Cómo hablar ante un hombre que conoce toda la palabra de Dios?, mi hija fue fundamental, ella se puso a investigar sobre su biografía, vida, obra y su filosofía de vida, hasta encontrar un punto en común con él y esto llevarlo al sentir de una interna, no de mí, yo soy una miles en nuestro país, pero estoy segura que lo que siento por estar en prisión lo comparten miles”.

Evila se siente identificada con el papa Francisco, dice que tiene una conexión con él pues los dos nacieron un 17 de diciembre. “Le tenemos un profundo agradecimiento por haberse acordado de nosotros, el que sea tan humilde y humano en acercarse a nosotros. No por haber cometido un delito dejamos de ser parte del pueblo de Dios. Grandes personas han estado presas. Hay que agradecer que alguien como él venga a darte una palabra de aliento”, dice.

Durante la plática cita de memoria varios pasajes bíblicos y ocasionalmente derrama alguna lagrima que rueda por el uniforme gris que usan las internas de la cárcel.

“Dios nos escucha a todos, pero él debe estar aún más cerca, reflexiona en tono serio y luego entre risas comenta: De seguro que el Papa si tiene el WhatsApp de Jesús. Me gustaría pedirle que ore por nuestras familias, ellos son los que más sufren, nosotros aquí podemos aprovechar el tiempo y reestructurar nuestra vida, pero las familias no aprenden a vivir sin nosotros, para ellos el sufrimiento es duro”.

A la espera del resultado de una apelación y con la esperanza de quedar libre este mismo año, confía en que al salir de la cárcel podrá iniciar un negocio propio, quizá una estética. “La biblia dice: Esfuérzate por hoy, que mañana tendrá sus males. Creo que hay que levantarse cada día buscando ser mejores seres humanos”.

Aunque se arrepiente de haber cometido un delito, se siente tranquila por haber aprovechado el tiempo tras la rejas y convertirse en una persona más espiritual. Reconoce que la cárcel puede ser, dentro de todo, una buena oportunidad. “Hay gente que llega víctima de la ignorancia. Pero a veces Dios nos da regalos envueltos en problemas, muchas compañeras llegan sin saber siquiera leer y cuando salen tienen la preparatoria”, dice.

El discurso que dará ante el Papa y 700 reos de baja peligrosidad lo ha memorizado, son palabras que espera conmuevan a todos los que están tras las rejas. Pero sobre todo, busca agradecer al Pontífice, por “venir a verlos”.

“Le tenemos un profundo agradecimiento por haberse acordado de nosotros, el que sea tan humilde y humano en acercarse. No por haber cometido un delito dejamos de ser parte del pueblo de Dios. Grandes personas han estado presas. Hay que agradecer que alguien como él venga a darte una palabra de aliento”.

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