Facundo Ortiz era un chico de ciudad, vivía en Buenos Aires, Argentina, cuando decidió enlistarse en las filas de la Compañía de Jesús. Tenía 17 años cuando llegó al Colegio Máximo en marzo de 1981 con la idea de ser misionero la cual reforzó con la convivencia del padre Jorge Bergoglio, quien se convirtió en su director espiritual, confesor y profesor.
Ortiz trabajó con Bergoglio en la Parroquia del Patriarca San José, incluso antes de que ésta existiera físicamente. Bajo su tutela aprendió la llamada pastoral popular: el trabajo con la gente; porque Jorge, como rector del seminario, lo primero que hizo fue romper el esquema que tenía el colegio al no mezclarse con la comunidad de clase media baja de los alrededores y convirtió un viejo bodegón y gallinero en capilla para atraer a la gente y poder dar el catecismo a los chicos del barrio. Mandó a sus seminaristas a recorrer las calles: agachen la cabeza y escuchen a la gente, abuelas, amas de casa y trabajadores, fue la indicación.
Con temperamento sabio y fuerte, relata Facundo Ortiz en entrevista con EL UNIVERSAL, el padre Bergoglio los hizo organizar campeonatos de fútbol para invitar a los jóvenes a la iglesia. Así se rompió la solemnidad del colegio concebido como monasterio que se dedicaba al estudio de la filosofía y teología de los sacerdotes.
“Desde el punto de vista de la Iglesia busca cambiarla, al menos en Argentina estaba muy cerrada, y nos enseñó a salir a buscar a la gente, nos decía que la fe no la íbamos a aprender en una aula, sino en la gente que vive y siente su fe en la calle. A mirar desde otra perspectiva”.
Por eso Facundo Ortiz define al Papa Francisco como un hombre sencillo y determinado. No les permitía que bajaran la guardia en el estudio, siempre con calidez para entender la situación espiritual de cada uno. Les enseñaba que la dignidad estaba en el espíritu y se invocraba en las tareas más elementales del colegio como lavar ropa, planchar, alimentar a los animales que criaban. “Fue el que más me ha formado. Me ha enseñado el heroísmo de la fe”.
Aunque en el año de 1999, Facundo decidió salir de la Compañía de Jesús e inició el proceso que incluía la autorización del Obispo de Buena Aires, en ese entonces Jorge Bergoglio ocupaba el puesto, quien mediante una carta que envió a Roma le autorizó que saliera de la vida sacerdotal y así él pudiera iniciar la dispensa del celibato para poder casarse y tener hijos. Facudno como director ejecutivo en una fundación dedicada a la educación de adultos carenciados en el interior de Argentina pone en práctica todo lo que aprendió en su vida religiosa, en su vida con Bergoglio
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