Una treintena de organizaciones nacionales e internacionales pidieron hoy a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la revocación de la autorización que otorgó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), para el desarrollo del polígono “Malecón Tajamar”, en Cancún, debido a que para obtener dicho permiso, se aportó información falsa o incompleta sobre la superficie real de manglares ahí existente, además de las violaciones a las condicionantes con que se autorizó.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Greenpeace, Defenders of Wildlife, Naturalia AC, Grupo Ecológico Sierra Gorda, el Center Biological Diversity, Comarino, el IFAW, la asociación Onca Maya, el Consejo de Desarrollo de Holbox, Conservación de Mamíferos Marinos de México (Comarino), Presencia Animal, Defensoría Animal, Arrecifes Saludables para Gente Saludable, Tierra de Animales, la Asociación de Hoteles de Holbox, Dogin Hood, Alianza Jaguar, Croquetón, Alianza Jaguar, entre otras organizaciones, figuran como firmantes de la petición.

La destrucción de manglares y la matanza de animales silvestres en el polígono de “Malecón Tajamar”, la madrugada del 16 de enero pasado en Cancún, motivó a estos grupos a solicitar a la Semarnat la revocación de la autorización de impacto ambiental que expidió a favor del Fonatur en julio del 2005.

“Las organizaciones firmantes solicitan a la Semarnat dejar sin efecto la autorización de Impacto Ambiental otorgada al proyecto promovido por el Fonatur, debido al incumplimiento de las condicionantes impuestas en dicha autorización y frenar el daño ambiental que se está ocasionando y que ha sido constatado ya por la propia Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)”, se lee en un comunicado conjunto, enviado por la treintena de agrupaciones.

Fonatur mintió a Semarnat para obtener autorización: CEMDA

Otro de los argumentos, es que para obtener ese permiso, el Fondo proporcionó información falsa, al ocultarle a la Secretaría que en el polígono desarrollable de 58 hectáreas, entre el 64 y 65 por ciento había manglar.

Fonatur dijo a Semarnat, durante el Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA), encabezado por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), entonces titulada por Ricardo Juárez Palacios, que el predio “no posee características de un ecosistema excepcional”.

El gobierno de Quintana Roo, entonces encabezado por Félix González Canto, actual senador de la República, advirtió a la Semarnat que el 65 por ciento del predio era manglar y por ello recomendó no expedir la autorización de impacto ambiental, de acuerdo con el resolutivo consultado por EL UNIVERSAL.

El 31 de julio del 2015, el CEMDA interpuso un amparo en contra de esa autorización, pidiendo que fuera invalidada.

“(…) Se presentó información falsa e imprecisa respecto de las verdaderas características y condiciones físicas y biológicas del predio, descartando la existencia de un humedal costero, la población real de manglar, así como de la demás biodiversidad que alberga dicho ecosistema”, se argumentó.

Violación de condicionantes ambientales

Un fundamento más para pedir la revocación de esa autorización, consiste en que Fonatur y una de las empresas con propiedades en el polígono, violaron las condicionantes establecidas en el resolutivo mediante la cual se autorizó ambientalmente el desarrollo de “Malecón Tajamar”.

En julio del año pasado, la empresa –Bi and Di- inició el desmonte de manglares en los lotes que le fueron permutados por el Fonatur, sin contar con el aval de la Semarnat a su proyecto, ni realizar ningún rescate de vegetación, lo que dio origen a infinidad de protestas ciudadanas y una cascada de denuncias y amparos.

El Fonatur también violentó las condicionantes al no haber realizado el rescate de vegetación y fauna silvestre antes de haber entrado con maquinaria pesada a destruír los manglares y sepultar a los animales ahí existentes, entre ardillas, iguanas, cangrejos, garzas, cocodrilos y demás especies.

“En la Autorización antes referida, una de las condicionantes que la Semarnat exigió fue el rescate de fauna en la zona, lo cual, hasta donde se conoce, no fue llevado a cabo de manera adecuada por el promotor del proyecto.

“(…) como se ha podido constatar, durante la remoción del manglar murieron diversas especies -como cocodrilos, iguanas, garzas, entre otras, algunas de ellas en alguna categoría de riesgo-, y muchas otras han sido afectadas de forma irreparable al haber perdido su hábitat natural”, se indicó.

Profepa, omisa

Estos grupos pidieron también a la Profepa –que a cuatro días de la devastación del polígono, sigue ausente- llevar a cabo a la brevedad un peritaje en el predio, actuar de manera rápida y con un sentido de urgencia para proceder con las sanciones correspondientes una vez acreditadas las irregularidades denunciadas.

“Y, de ser el caso, dar vista al Ministerio Público por la posible comisión de delitos ambientales y en contra la gestión ambiental. De tal manera que de acreditarse la afectación a la fauna y su ecosistema, se dé cumplimiento efectivo a la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental.

“Cabe recordar que el promotor del proyecto ha incurrido de forma reincidente en violaciones a la normatividad por lo que la Semarnat está obligada a revocar la autorización en materia de impacto ambiental”, señalaron.

En agosto de 2015, la Profepa dictaminó la Suspensión Total Temporal de todas las actividades y obras de cambio de uso de suelo en 10 lotes del proyecto Malecón Cancún-Tajamar, por incumplir los términos y las condicionantes respectivas a las autorizaciones otorgadas al margen de la ley por Semarnat en los años 2005 y 2006.

Esos lotes, fueron totalmente devastados el sábado pasado, pese a que en ellos se observan aun, los enormes sellos de “suspensión”, colocados por la Procuraduría.

El manglar –explican- es un ecosistema que provee al ser humano una gran cantidad de beneficios, alberga especies que se utilizan para el comercio pesquero, es utilizado como una fuente de energía, al servir de leña y además forma una barrera natural contra las inundaciones, por lo que actúa como un muro contra huracanes.

También impide la erosión de las zonas costeras y actúa como un filtro natural manteniendo la calidad del agua.

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