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Coatzacoalcos, Ver.— “Cuando mi marido no está le digo a la vecina que venga a acompañarme”, relata la propietaria de un local de antojitos ubicado en la colonia Santa Isabel III en el puerto de Coatzacoalcos. El mismo sitio donde el pasado viernes se llevaron secuestrada a una persona.

En el patio de su casa, la mujer morena y de cabello negro ondulado admite que son de escasos recursos, pero en medio de una oleada de violencia que lleva meses y años asolando la región, afirma que no saben qué es lo que quieren los maleantes.

“No tenemos nada pero no sabe uno qué es lo que quieren, a la vecina le secuestraron a su hija. Ellos creen que porque tiene la casa grande tienen dinero, pero ellos no saben cuántos años tuvo que dejar solas a sus hijas para poder trabajar en la noche como enfermera y hacerse de sus cosas”, aseguró la entrevistada.

Desde ese plagio, todos los vecinos —incluida ésta mujer que vende empanadas, tostadas y antojitos— se han unido y crearon un grupo de Whatsapp a través del cual se avisan sobre movimientos extraños en las cercanías de sus hogares.

La región de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque vive sumida en una oleada de secuestros en todos los sectores, desde petroleros, médicos, comerciantes, restauranteros hasta amas de casa y menores de edad.

Los resultados trimestrales de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ubican al puerto de Veracruza en la tercera posición nacional en la percepción de inseguridad.

En septiembre de 2016, las ciudades con mayor porcentaje de personas de 18 años y más que consideraron que vivir en su ciudad es inseguro fueron: Ecatepec (95.3%); la región oriente de la Ciudad de México (94.2%); Coatzacoalcos (93.4%); Acapulco (93.3%) y Villahermosa, 90.7%.

“De que lloren en mi casa, mejor que lloren en la de ellos", advierte la mujer al recordar que gracias a esa unión vecinal capturaron a un ladrón que trató de allanar una casa de la calle Fragata, y lo entregaron a la policía.

Con su voz que denotaba coraje asegura que defenderán su patrimonio aunque sea a golpes, porque vivir aquí es una pesadilla: “Ahorita a las 10 no vez a nadie en la calle, de por si cuando entra alguien estamos muy pendientes, no vaya a ser un ratero, pero igual mejor cerramos temprano”, relata la mujer de 50 años.

El fin de semana los vecinos se reunirán para llegar a acuerdos que los lleven a estar un más seguros, siempre cuidándose entre sí, porque pensar en huir de Coatzacoalcos por la violencia es difícil, es complicado dejar el patrimonio familiar construido en toda una vida.

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