Ayer por la noche, el Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, fue trasladado al Centro Federal de Federal de Readaptación Social (Cefereso) 9 Norte, en Ciudad Juárez, en medio de un discreto operativo de seguridad, informó la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).

De acuerdo con el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humano (CNDH) del 2015, el Cefereso 9 tiene una calificación de 6.63, muy por abajo del Altiplano, cuyo puntaje es de 7.32 y donde se encontraba preso el capo.

El penal puede albergar hasta 848 internos, sin embargo en sus instalaciones hay mil 12 reos, por lo que la dependencia reportó sobrepoblación, hacinamiento y problemas para mantener la salud de los reclusos, situación que tendrá que vivir el jefe del cártel de Sinaloa.

Mencionó en su informe que las autoridades del Cefereso tienen dificultades para imponer sanciones disciplinarias, además de que deben reforzar la integración del expediente técnico-jurídico de cada interno, la clasificación entre procesados y sentenciados, así como las actividades laborales y capacitación.

La CNDH destaca que el penal tiene un manejo apropiado por parte del titular, la prevención y atención de incidentes violentos y de violaciones de derechos humanos.

“Existencia de las instalaciones necesarias para el funcionamiento del Centro”, se lee en el informe.

cinco reos federales brincaron la barda del penal por la torre número 8, utilizando cuerdas y ganchos. Tras una persecución, personal de custodia del centro carcelario logró la recaptura de tres de los cinco presos que se habían fugado.

Posteriormente, en abril de 2014, se logró detener al cuarto prófugo en un hotel de Ciudad Juárez, mientras que el quinto y último reo que quedaba libre fue reaprehendido en junio de ese mismo año por elementos federales en Gómez Palacio, Durango.

Además de esta fuga, nueve internos han tratado de escaparse, pero no lo han logrado. Cuatro de ellos lo intentaron en 2013 y los otros cinco en 2014.

ahc

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