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Muchas han sido las acusaciones lanzadas por el ex perredista Benjamín Robles, ahora abanderado del Partido del Trabajo, en contra de José Antonio Estefan Garfias, quien lo derrotó en la contienda interna del PORD por la candidatura de la coalición Con Rumbo y Estabilidad para Oaxaca.

Unos minutos antes de iniciar el consejo estatal del PRD, en el que fue derrotado Benjamín Robles, se pudo apreciar una fuerte estrategia de difamación que consistió en atacar a Estefan Garfias mediante la difusión de varios documentos apócrifos que simulan ser estados de cuenta del Broadway Bank, institución bancaria en Texas, Estados Unidos.

Desde el primer momento, el ahora abanderado del PAN-PRD negó de manera categórica la existencia de tales cuentas mediante un mensaje emitido desde su cuenta personal de Twitter y de viva voz, en aquellas entrevistas en las que se le preguntó acerca del tema.

El asunto, por lo evidente del engaño no tuvo mayor trascendencia, hasta que reciente y coincidentemente con el segundo debate entre los candidatos a la gubernatura, el diario de circulación nacional El Financiero publicó dichos documentos que pretendían parecer estados de cuenta, entre otros documentos de dudosa autenticidad, hecho que el abanderado del Partido del Trabajo retomó para atacar en prácticamente todas sus intervenciones.

Identificar que dichos estados de cuenta eran fraudulentos fue sencillo, pues los documentos no soportaron el más mínimo ejercicio de investigación periodística.

A simple vista, aun al ojo inexperto, es claro que los saldos y balances no coinciden, que lo que en una fila aparece como crédito en otra aparece como cargo, que aunque en el resumen se refleja que no existieron movimientos, se describen algunos en zonas que no están destinadas para ello.

No existen cobros de comisiones ni pago de réditos, lo que cualquier usuario de instituciones financieras puede identificar como un absurdo: si tengo dinero, me pagan intereses; si no alcanzas los mínimos, te cobran comisiones.

Tradicionalmente, antes que un político basara su estrategia en un escándalo, y un medio prestara su primera plana para ello, se acostumbraba verificar la autenticidad de los documentos. Cuestión que en esta ocasión no habría sucedido. Bastó comprar un boleto de avión de 400 dólares para acudir a la sucursal de Broadway Bank en Austin, Texas, e intentar hacer un depósito de cien dólares para saber que se trataba de una cuenta inexistente. Bastó con preguntar a la persona de la ventanilla para confirmar que José Antonio Estefan Garfias no es cliente de la institución, conversar con una subgerente de la sucursal para saber que el estado de cuenta no es parecido en lo mas mínimo a los emitidos por esta institución de manera oficial y finalizar con una entrevista con el gerente de Banca Patrimonial para que nos solicitaran hacer una queja formal como alerta de fraude ante el Departamento de Prevención de Pérdidas de la institución bancaria y también con las autoridades federales de Estados Unidos, pues la simple falsificación de estos documentos constituye en el vecino país un delito de suplantación de la personalidad (Identity Theft).

En una entrevista posterior, un funcionario del banco —hablando en condición de confidencialidad— confirmó cinco hallazgos en el documento que dolosamente quisieron hacer pasar como un estado de cuenta y que permiten determinar que esto es guerra sucia.

El logotipo es tomado de internet y cuenta con un elemento identificador con el que ellos pueden precisar el origen.

El formato del estado de cuenta no es congruente con el supuesto origen: la Banca Patrimonial, ya que ese departamento no emite este tipo de documentos. Cuando un cliente tiene cuentas millonarias no recibe hojas como las que estamos acostumbrados a recibir para reconciliar los saldos de los simples usuarios de chequeras o tarjetas de crédito.

El número de cuenta no se presenta en un formato válido para Broadway Bank, no se cita el número de cliente y José Antonio Estefan Garfias no tiene ni ha tenido alguna cuenta en dicho banco. Los saldos y movimientos son incongruentes, simplemente inventados, no hay forma de comprobar su autenticidad o si corresponden a otra cuenta.

La firma “Good is having peace of mind wherever you are” no corresponde a ningún lema del banco o campaña publicitaria. El que usa Broadway Bank es: “We are here for good” (Estamos aquí para quedarnos / hacer el bien).

Por último, el funcionario también señaló que el pie de página parecía corresponder al menú de navegación de algunas secciones de su sitio de internet. La sentencia fue lapidaria: “Este documento es parte de un fraude que busca obtener un beneficio, probablemente dinero; este mismo formato lo han usado defraudadores como los que envían correos avisando de fortunas o herencias transferibles. En Estados Unidos simplemente la difusión de este material representa un delito federal”.

Pepe Toño es inocente, no se diga más.

Existen razones por la cuales estos documentos deben ser investigados. Las campañas de difamación pretenden inhibir el voto, pero sin duda pueden revertirse.

¿Que hará ahora Benjamín Robles al quedarse sin su estrategia de contraste?, ¿que hará Murat?, quien también pidió que se investigara el tema. ¿A quién terminará golpeando más fuerte el bumerán de este tema?

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