El asesinato de cinco personas en la colonia Narvarte ha comenzado a generar fricción entre el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y el jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, por la muerte del fotoperiodista Rubén Espinosa, nos dicen.

Desde el equipo del veracruzano tomaron nota de que el crimen ha pegado al mandatario estatal, a quien las redes sociales y algunos medios de comunicación señalan como sospechoso de la muerte del joven fotorreportero, nos explican.

Como una manera de contención, nos dicen, Duarte hizo contacto desde que tomó conocimiento de los hechos con don Miguel Ángel para ofrecerle colaboración en el esclarecimiento del asesinato de cuatro mujeres y Espinosa, ocurrido el viernes en la delegación Benito Juárez.

¿Por qué las fricciones y la molestia entre el gobierno veracruzano y la administración de la capital del país?

El tiempo pasa y mientras no se esclarezca lo que ocurrió y la procuraduría del DF no detenga a los presuntos responsables del multihomicidio, el costo político sigue calando a Duarte, nos comentan.

Hasta la mañana del miércoles, se quejan en el grupo compacto del veracruzano, el gobierno no había recibido notificación oficial de las autoridades de la ciudad de México para solicitar datos de las actividades y quejas del periodista Rubén Espinosa.

En el gobierno de Duarte se maneja que Mancera y la procuraduría del DF no deben distraer su responsabilidad política y legal en la pronta identificación y sanción de los criminales.

¿Hasta dónde escalarán las fricciones entre los dos políticos?

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