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Hasta el momento la resistencia magisterial se ha convertido en la principal causa por la que no se ha avanzado en la evaluación de desempeño en el sector, afirma el consejero presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Eduardo Backhoff Escudero.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el recién nombrado presidente de este organismo ciudadano afirma que no se le ha dado un uso político a la reforma educativa por parte del gobierno federal e insiste en que el INEE no obedece a circunstancias políticas.

“Había una expectativa al principio de la reforma, de que en cuatro años íbamos a poder evaluar el desempeño de los docentes. Vamos mucho más lento de lo que se había pensado. Se ha enfrentado la implementación de la evaluación de desempeño con posiciones políticas encontradas, pero no se le ha dado uso político”, asegura.

¿Qué le ha faltado a la SEP para implementar la reforma?

—Han hecho todo lo posible por implementarla. Han puesto su mejor esfuerzo. La reforma educativa se confunde con la evaluación de los docentes, pero es mucho más. En lo que tiene que ver con las evaluaciones para el ingreso, se ha cumplido; para la promoción, también, para el desempeño y la permanencia se ha cumplido en 90% en todos los estados.

De un millón 200 mil maestros, haber evaluado a 170 mil no se acerca ni a 20%.

—En 90% de los estados se ha podido implementar, hay tres en los que no se ha podido, y en Guerrero a medias. Tres estados de 32 significa más o menos 90%. Había una expectativa al principio en la reforma, que en cuatro años pudiéramos evaluar al total de docentes. Vamos a estar evaluando a una cuarta parte de los profesores [para 2018]. No hay un plazo perentorio en la ley, pero vamos mucho más lento de lo que originalmente se había pensado.

¿Se le está dando un uso político a la evaluación?

—No es así. La reforma y la evaluación de desempeño se han enfrentado con posiciones políticas encontradas, pero uso político, no que yo pudiera pensar. Evaluar a un millón 500 mil profesores es una tarea muy grande para hacerla bien en tan poco tiempo. Como institución hemos querido hacer lo que tenemos que hacer, lo mejor posible. El replanteamiento de la evaluación fue una iniciativa nuestra pero no fue una decisión política, sino para mejorar técnicamente las evaluaciones.

A lo mejor no hubo una intención política, pero los tiempos fueron muy convenientes. Cuando hicieron el anuncio estábamos en medio del paro de la CNTE, las negociaciones de la SEP con el SNTE...

—Te puedo decir que nosotros no obedecemos a circunstancias políticas, sino técnicas. La gente que conoce de evaluación diría que es una mejora, teníamos un año de haber empezado con esa evaluación e hicimos el cambio, seguramente en los tiempos que vienen habrá muchos cambios. Como muchos de los tiempos son políticos, algunos cambios van a coincidir y otros no. Pero desde la perspectiva del INEE, no tuvo ninguna racionalidad política el replanteamiento.

¿Qué ha frenado la evaluación?

—La resistencia. La reforma educativa viene a ordenar con una lógica de meritocracia, eso no existía en México y cambiar una cultura de 80 años es una tarea dificilísima en poco tiempo. A lo largo de una década veremos que el sistema educativo se impregnó de una ideología de meritocracia.

¿La resistencia magisterial sí ha frenado el avance de la reforma?

—Por supuesto. Más en Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Guerrero. Si revisas el número de docentes que se han evaluado es mucho menor a los que se han evaluado en los 29 estados restantes.

¿Qué le parece que, según la CNTE, la mayor parte de los maestros que han sido cesados o sancionados por faltar a la ley no estén en estos cuatro estados?

—Lo tiene que revisar la SEP y los gobernadores. Tienen la responsabilidad ante la sociedad y el magisterio de que se cumpla la ley por igual. A la autoridad educativa le corresponde, dar la cara y respuesta a esa situación.

¿No se corre el riesgo de que el ánimo electoral pudiera entorpecer el avance de las evaluaciones?

—Tenemos un programa anual y se tiene que cumplir. No me gustaría especular, pero no creemos que vaya a cambiar porque hay un programa.

¿No es necesario blindar las evaluaciones para evitar que el gobierno federal las utilice según el termómetro político?

—El blindaje lo hace la normatividad y para eso se creó una institución autónoma. Estaremos pendientes de que eso no ocurra.

¿No ha ocurrido?

—No que yo sepa.

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