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La investigación contra el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, puso en aviso a las autoridades del control que ejercían Los Zetas en el gobierno de la entidad y las presiones sobre alcaldes como el fallecido Benjamín Galván Gómez, ex edil de Nuevo Laredo.

De acuerdo con la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDC5/240/2012, desde que Galván Gómez se lanzó como candidato por el PRI a la presidencia municipal de Nuevo Laredo, Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, lo mandó llamar en varias ocasiones para “darle instrucciones” y para mantenerlo vigilado.

En el expediente, del que derivó la orden de aprehensión contra Yarrington por lavado de dinero y delitos contra la salud, las principales pruebas contra el ex gobernador se fundamentan en las declaraciones de ocho testigos protegidos.

EL UNIVERSAL informó que el principal de estos testigos es el identificado como Ángeles, quien además de revelar las identidades de los principales prestanombres del ex titular del ejecutivo estatal indicó que El Z-40 se dedicaba a extorsionar a los presidentes municipales de la entidad.

Entre ellos, se encontraba Benjamín Galván, a quien Treviño Morales comenzó a amedrentar desde que era candidato a la presidencia municipal. “Miguel Ángel Treviño Morales, Z-40, mandó llamar en varias ocasiones a Benjamín Galván antes de haber sido presidente municipal y durante su mandato y antes de que dejara de serlo. Lo mandaba llamar para darle instrucciones de cómo tenía que gobernar en caso de que llegara a ser alcalde y para vigilar el trabajo que hacía cuando ya lo era”, declaró el testigo en mayo de 2011.

“El Z-40 pide dinero a ediles de Tamaulipas como una forma de cobrar derecho de piso, además de que al formar parte de la organización deben de apoyarlo”.

Afirmó que, en aquel entonces, Galván Gómez pedía dinero para pagar a los proveedores con los que Ramón Garza, su antecesor en la alcaldía de Nuevo Laredo durante la gubernatura de Eugenio Hernández, tenía deudas que sumaban mil 800 millones de pesos.

En febrero de 2014, cinco meses después de terminar su mandato, fue plagiado junto con el empresario Miguel Ángel Ortiz cuando salían de una farmacia. El ex edil había recibido amenazas de Los Zetas. En su declaración, Ángeles acusó al ex presidente del PRI, Humberto Moreira, de contribuir a la “descomposición del estado en la administración de Yarrington”.

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