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El senador Zoé Robledo Aburto (PRD) asegura que no descarta competir en 2018 por la candidatura de una alianza de izquierdas a la gubernatura de Chiapas e incluso dijo que lo buscaría por las siglas de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.

“Claro que estoy platicando con ellos, porque hoy estoy convencido que la oferta política y el proyecto de nación que mejor aglutina y enfrenta la crisis de credibilidad que pasa la política mexicana, las amenazas externas de Donald Trump, es Andrés Manuel López Obrador.

“Eso lo digo sin formar parte de Morena, porque no veo otro camino para aquellos guardianes de las cosas como están, en el entendido de que para los que la política está bien y no hay que cambiarla mucho, esa lógica se desmonta con la llegada de alguien que ha validado durante los años su lucha contra la desigualdad y la corrupción [López Obrador], agenda que yo he impulsado en el Senado”, afirma el legislador chiapaneco en entrevista con EL UNIVERSAL.

Zoé Robledo, hijo del ex gobernador de Chiapas Eduardo Robledo Rincón (PRI), indica que tiene muy buenos amigos en Morena y sostiene diálogos constantes con los senadores que simpatizan con ese partido, como David Monreal (PT), Mario Delgado o Rabindranath Salazar, pero sobre todo habló de sus acercamientos con el hijo del político tabasqueño, Andrés Manuel López Beltrán.

No obstante, dice que su intención es lograr una gran alianza de izquierda, en la que estén las organizaciones sociales, los campesinos, incluso la CNTE, algunas bases del EZLN, empresarios y religiosos, pero que en su visión lo más importante es el proyecto, no la candidatura para ganar posiciones.

“La elección en el estado de Chiapas puede ser la oportunidad para generar una gran coalición de partidos, organizaciones y ciudadanos, que le den viabilidad económica, gobernabilidad y paz social al estado. Eso es lo que tienen que ver los partidos para ser competitivos en la elección”, dijo.

¿Usted buscará la gubernatura del estado de Chiapas?

—Me veo participando, sin duda, sin que esto signifique actos anticipados, no estoy diciendo que soy candidato, me veo participando en 2018 en el proceso. Soy un político y desde alguna trinchera pretendo continuar mi actividad y mi agenda.

¿Cuál es el escenario político?

—En Chiapas hay un priísmo tradicional muy sólido, pero que no necesariamente está asimilado como un partido del gobierno, aunque sean parte de esa colación [PRI-PVEM].

Hay un Partido Verde que, a diferencia de otros estados, es mayoritario con alcaldías, diputados y el Ejecutivo estatal… En Chiapas sólo hay un camino, la unidad de la izquierda.

¿Cómo lograr la unidad de izquierdas en la entidad?

—La unidad de la izquierda pasa por el espectro de adentro y afuera. Para quienes hemos sido los perdedores del modelo de desarrollo estabilizador, los chiapanecos, hay un sistema hidroeléctrico que hoy lo tiene como el estado con menos electrificación en hogares. Después el modelo globalizador y de libre comercio nos dejó fuera, la democracia liberal no ha traído los mismos beneficios para la gente de Chiapas que para el resto del país y el surgimiento del EZNL fue la primera llamada de atención.

La unión de las izquierdas sí pasa por los partidos, pero también por las otras izquierdas no partidistas, como las organizaciones sociales que antes tenían más peso que los partidos, la sociedad civil que está más organizada, la CNTE que en Chiapas es la mayoría, los empresarios de izquierda y los partidos.

¿Incluyendo a Morena?

—Juntar a todos, principalmente a Morena, al Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo, a Movimiento Ciudadano, a la Coordinadora, a algunas bases zapatistas, expresiones religiosas y organizaciones campesinas.

¿Bajo las siglas de qué partidos competiría, se ha acercado a Morena?

—Así es, no sólo tengo muy buenos amigos en Morena, algunos eran del PRD y se fueron a Morena, tanto de Chiapas como a nivel nacional, y claro que estoy platicando con ellos, porque estoy convencido que la oferta política y el proyecto de nación que mejor aglutina y enfrenta la crisis de credibilidad que pasa la política mexicana, las amenazas externas de Donald Trump, es Andrés Manuel López Obrador.

Eso lo digo, sin formar parte de Morena, porque no veo otro camino para aquellos guardianes de las cosas como están, en el entendido de que la política está bien y no hay que cambiarla mucho, esa lógica se desmonta con la llegada de alguien que ha validado durante los años su lucha contra la desigualdad y la corrupción, agenda que yo he impulsado en el Senado.

¿Si el PRD le ofrece la candidatura, la dejaría por ir con Morena?

—Si es con Morena, sí. Creo que hoy un objetivo estratégico no debe ser simplemente ser candidato. Hoy más que nunca la forma en cómo se accede al poder determina la forma en que se ejerce.

El gran problema en muchas administraciones estatales ha sido que hay personas que saben cómo llegar, cómo ganar una elección, pero no tienen idea de qué hacer después de asumir el poder. Hoy la elección de Chiapas puede ser la oportunidad para generar una gran coalición de partidos, organizaciones y ciudadanos, que le den viabilidad económica, gobernabilidad y paz social al estado. Eso es lo que tienen que ver los partidos, para ser competitivos en la elección.

¿Con quién ha tenido acercamientos en Morena?

—Platico mucho con mis compañeros de Morena, con Mario [Delgado], con Rabindranath [Salazar], con David Monreal. Morena está concentrada en consolidar sus comités como partido político y preparándose para las elecciones que vienen antes.

¿A Andrés Manuel López Obrador le ha contado su aspiración?

—No, no lo he hecho con él, en el algún momento lo he platicado con su hijo Andrés Manuel [López Beltrán].

¿Qué opina sobre el tema el joven López Beltrán?

—Morena tiene una condición distinta a la de los otros partidos, ellos están concentrados en consolidar el movimiento, y en esa conversación que tuvimos, él me planteo eso, que están concentrados en consolidar su movimiento, lo que me parece muy inteligente, porque no está viendo pragmáticamente cual es la candidatura que se traduce en el mayor número de votos, sino en cómo consolidar un proyecto de nación.

¿Pueden aliarse PRD y Morena?

—Yo creo que ambos partidos se pueden encontrar y si puedo hacer una aportación para que se encuentren, lo voy a intentar. Sé que es como descubrir la fusión en frío o intentar llegar a Marte, pero sí creo que es una causa por la que vale la pena hacer el esfuerzo, el encuentro de las izquierdas de este país como el motor para el cambio de régimen.

¿Porque perdió Chiapas el PRD?

—En el estado ya hubo dos gobiernos emanados de coaliciones donde participó el PRD, cuyos gobernantes, tanto Pablo Salazar Mendiguchía como Juan Sabines no eran militantes del PRD y no lo fueron durante su administración.

El fenómeno político que llevó al PVEM al gobierno y al gobernador Manuel Velasco, fue producto de un trabajo político y territorial muy ordenado, por otro de alianzas nacionales que permitió un liderazgo consolidado. Además, en lo electoral sabían dónde había que trabajar, ello frente a una oposición que entró en un proceso terrible de confrontación y diferencias internas.

¿Se le puede ganar al PVEM en Chiapas?

—Si, claro que hay una estructura corporativa clientelar sobre un número importante de la población, pero cada vez hay más información y esa población no es gente que venda su voto a cambio de una despensa. El reto en Chiapas es que la elección sea libre y el electorado tenga opciones, pero siendo candidato o no, voy a trabajar para que desde la izquierda se impulse una alternativa de cambio de régimen, no de alternancia partidista.

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