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Este sábado 101 profesores participaron en la evaluación de desempeño docente con la finalidad de tener una promoción y mayor ingreso económico.

Por la mañana, los docentes comenzaron a llegar al Centro de Desarrollo Informático Arturo Rosenblueth y al Cetis 3 para presentar la prueba la cual en caso de tener resultados destacados, permite tener un mejor desarrollo profesional y económico.

Algunos profesores coincidieron en que esta evaluación es una oportunidad para estar actualizados y buscar mejores salarios, como es el caso de Vianey Mendoza, maestra de primaria, que participa en este proceso para que le basifiquen su interinato.

“Es una oportunidad para que a los que estamos por contrato nos den una base y así tener un mejor ingreso”.

Blanca Hernández, profesora de educación especial, dijo que este examen permitirá a los profesores tener una mejor situación económica. “Aunque sí me preparé estoy nerviosa, espero que me vaya bien”.

La afluencia de maestros fue menor que en otras ocasiones. En el Centro de Desarrollo Informático Arturo Rosenblueth se esperaba a 120 educadores que estaban registrados; sin embargo, poco más de 50% asistió, mientras que al Cetis 3, sólo se presentaron 35.

Al salir al receso, algunos profesores compartieron con EL UNIVERSAL sus impresiones del examen.

Coinciden en que es una prueba muy cansada “porque tiene muchas lecturas” y “fatigante para la vista”.

“Estar tantas horas sentada frente a la computadora es agotador, me lloran los ojos y además no me concentro”, afirmó Eduardo Miranda, maestro de educación especial que decidió sustentar la prueba para actualizarse y para que le den más horas de clase.

María de la Luz, quien da clases a niños de nivel primaria, aseguró que el examen es muy complicado porque las preguntas no son claras.

“Desde mi punto de vista, la evaluación está hecha por personas que no son del ámbito educativo, porque manejan conceptos que sí manejamos pero desde otro ángulo. La organización me parece muy inadecuada, tenemos un receso y hay que entrar a otra etapa del examen en la que debemos argumentar una planeación docente, eso me parece antipedagógico”.

María apoya la evaluación, pero pide que se consideren otros factores, “deberían ir a nuestros salones, estar presentes en nuestras clases y ver si tenemos los conocimientos o no”.

Alfonso Fermín García, director de una escuela en educación especial, aplicó el examen porque quiere ser evaluador certificado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y un requisito es participar. Insistió que medir los conocimientos de los profesores no es suficiente para saber si éstos son aplicados en las aulas.

“Estas pruebas sí son necesarias, pero no es todo, como director te puedo decir que quienes han llegado a la escuela por concurso de oposición no siempre reflejan sus conocimientos en los salones de clase, para que las evaluaciones sean más eficientes se deberían hacer observaciones en el aula y así garantizar que se enseñe correctamente”. destacó.

Antes de que terminara el receso, María de los Ángeles, profesora de preescolar, dijo que se sentía muy estresada. “ Son muchas preguntas, a veces capciosas, es una prueba muy cansada, no por el tiempo, sino por las preguntas que están mal redactadas”.

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