2018, en riesgo por pleito, alertan gobernadores del PAN

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Gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN) hicieron un llamado a la unidad no sólo a los aspirantes a la candidatura presidencial de 2018 sino también a sus simpatizantes.

Exigieron al panismo volcarse al proceso electoral de 2017, o de lo contrario advirtieron que podrían perder no sólo la Presidencia de la República, sino también las gubernaturas del Estado de México, Coahuila, Nayarit y las alcaldías de Veracruz.

En entrevista con EL UNIVERSAL, los mandatarios locales y electos coincidieron en que todavía no son los tiempos para hablar de 2018, aseguraron, que llegará el momento de debatir, de expresar las simpatías o quizá hasta de postularse a la elección presidencial.

El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, dijo estar totalmente en contra de lo que ocurre en el partido, además de exigir al panismo pensar en el proceso electoral de 2017, para que una vez que esto ocurra, entonces sí definir a quién llevar de candidato o candidata en 2018.

“Yo creo que falta tiempo. Todo el panismo debe pensar en Coahuila, Nayarit y el Estado de México, ya cuando pasen esas tres elecciones se podrá pensar a quién llevar y que nos garantice que los mexicanos van a votar por quien alce la mano. Lo que no se han dado cuenta es que hoy somos 11 gobernadores, y los 11 creo que vamos a dar el giro para ver quién será el candidato o candidata”, aseveró.

Domínguez Servién afirmó que el peso que tienen los 11 gobernadores o por lo menos nueve, en torno a lo que Acción Nacional deberá mandar al proceso electoral por la Presidencia de la República, se sentirá y se notará en diciembre de 2017 o a partir enero de 2018, en tanto su objetivo debe ser la unidad rumbo a los comicios del año entrante.

La bronca Preciado-Herrera

—¿A quién hace el llamado específicamente?

—Hago un llamado a Ricardo Anaya, a Margarita Zavala, a Rafael Moreno Valle (gobernador de Puebla), que nos concentremos en el siguiente round que son tres estados, pues mientras no hayamos triunfado en esas entidades no podemos pensar en 2018, no podemos saltarnos un paso. Nos falta un paso para consolidar y llegar firmes a 2018.

El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, expresó que la unidad es fundamental, que el PAN tiene la obligación de trabajar en la unidad, pues cualquier tipo de división podría afectar las aspiraciones del partido.

“La unidad es fundamental, cualquier división va a afectar de manera directa al partido; yo creo que de ninguna manera debería de darse este tipo de enfrentamientos”, añadió.

Joaquín González, quien ganó la gubernatura en alianza con el PRD y no milita en AN, argumentó que los nuevos gobernantes están obligados en concentrarse en hacer buenos gobiernos que lleven a la confianza del ciudadano a votar por el PAN en 2018, pero esto, dijo, debe ir de la mano de la unidad.

—¿Aun cuando no es panista, qué opinión le merecen los señalamientos al presidente del PAN, Ricardo Anaya?

—Todos debemos trabajar por la unidad, en ese mismo rumbo, en ese mismo camino. Yo aspiro a dar resultados en Quintana Roo, que seguramente le dará frutos al mismo PAN dirigido hacia 2018. Yo estaré colaborando con el PAN en ruta hacia 2018.

Limar diferencias. El mandatario de Guanajuato, Miguel Márquez, apuntó que “hoy, más que nunca, debemos estar unidos. No son los tiempos, no podemos hablar de campañas o precampañas, no nos debemos distraer, debemos salir unidos, más allá del apetito personal o de grupo. Los ciudadanos nos están refrendado la oportunidad de ser la alternancia, no la podemos desaprovechar”, agregó.

—¿Considera que Ricardo Anaya debe definirse?

—Lo que digo es que debemos llevar un partido unido a las próximas contiendas de 2017 para llegar fortalecido a 2018. Estoy convencido y vale la pena que se abra el espacio al diálogo, que se terminen con las diferencias, porque un PAN unido será la mejor opción. Debe existir un gran acuerdo, no podemos llegar divididos a 2018, si es así, no tendríamos nada por hacer.

—¿Usted se descarta para ser abanderado para 2018?

—Hay que trabajar por México, el país requiere de todos, del PAN más. Se requiere de madurez política, debe demostrarse que Acción Nacional es un partido con mayor antigüedad en el sistema electoral y mayor compromiso con los ciudadanos. Yo creo todos los panistas tenemos oportunidades, pero hay que encausarlas y llegar unidos. Todo a su tiempo. Estoy concentrado en gobernar. No llegaremos tarde a 2018.

El gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, refirió que al iniciar siete nuevos gobiernos bajo las siglas del PAN y algunos con las del PRD, deben estar unidos, ya que requieren del apoyo de todo el panismo, pues lo que menos conviene al partido es la división.

“En Veracruz no hay ánimo de división, ni de conflicto. Hay la expectativa de que en los próximos años el PAN tenga éxito y esto hace que se generen comentarios, nombres y eso es parte del juego democrático, pero necesitamos en Acción Nacional un partido fuerte, que no por un grupo de amigos o simpatizantes se desplome la base de la militancia, de los órganos del instituto”, anotó.

Yunes Linares precisó que si bien hay una actividad de parte de varios personajes del blanquiazul, lo verdaderamente importante es reflexionar en la unidad, en los nuevos gobiernos y ubicarse en los tiempos políticos.

—¿Anaya debe renunciar a la presidencia del partido?

—Ricardo Anaya debe seguir siendo el presidente. Me parece que los órganos del PAN están constituidos en los estatutos, y estos son los que deben recibir la opinión de todos los panistas, la comisión de diálogo debe ser para todos los panistas, no sólo para los 18 firmantes, debe ser una comisión incluyente.

El gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, afirmó que el PAN no puede perder de vista que son el partido que encabeza todas las encuestas, las cuales les dan una ventaja en promedio de cuatro puntos y eso obliga a un gran acuerdo interno.

Dijo que solo los partidos democráticos y competitivos tienen una vida interna plena y llena de energía, no así, los autoritarios que mantienen una cultura de la línea, donde la autoridad es vertical, y se inquietan con el surgimiento de disensos y opiniones encontradas adentro.