Un juez federal ordenó a la Procuraduría General de la República buscar a Juan Flores Solorio, víctima de desaparición forzada por elementos del Ejército Mexicano en Pénjamo, Guanajuato, hasta en las instalaciones de la corporación castrense.


El Juez Noveno de Distrito en el estado de Guanajuato, con residencia en Irapuato emitió una resolución en el amparo 1035/2015, promovido por Celia Mora Higuera, esposa de la víctima; en la que subrayó que no se considerará cumplida la determinación sino hasta que se localice a Flores Solorio con vida o se encuentren sus restos y se deslinden las responsabilidades penales correspondientes.


Asimismo, instruyó la inscripción de Flores Solorio y Mora Higuera en el Sistema de Información Nacional de Personas Extraviadas y Fallecidas no identificadas, así como en el Registro Nacional de Víctimas y, se inicie el procedimiento de reparación del daño ante la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) mediante el pago de una compensación por la violación grave a los derechos humanos cometida por los elementos del Ejército mexicano.


De igual manera, el juez ordenó publicar el contenido de la carpeta de investigación al tratarse de una violación grave de derechos humanos.


En su sentencia, el juez de amparo señaló que la PGR inició indebidamente la investigación por privación ilegal de la libertad y no, por desaparición forzada, además que aplicó el procedimiento penal tradicional a pesar de que al momento en que ocurrieron los hechos ya había entrado en vigor el nuevo sistema penal acusatorio en Guanajuato.


En noviembre de 2015, alrededor de las 21:00 horas, un grupo de elementos del Ejército Mexicano de la Base de Operaciones en Pénjamo, Octavo Regimiento Militar Blindado de Reconocimiento en Irapuato arribaron al domicilio de Flores Solorio, a bordo de camionetas oficiales.


De acuerdo con el fallo emitido por el Juez Noveno, uno de los militares brincó la barda del patio trasero de la casa de la víctima y abrió el portón para que otros militares ingresaran al inmueble, sin que existiera orden de cateo o delito flagrante, ni permiso de Flores Solorio ni de su esposa.


Allí, detuvieron a la víctima y la subieron a una de las camionetas de la corporación, sin aclararle si existía orden de aprehensión en su contra.


Al día siguiente, Juan Flores Solorio fue puesto a disposición de la Dirección de Seguridad de Pénjamo por una supuesta falta administrativa consistente en vejar o maltratar a los militares, quienes afirmaron que los insultó, motivo por el que lo arrestaron por seis horas y lo ingresaron a los separos.


El 26 de noviembre, al concluir las horas de arresto, elementos de la Dirección Pública Municipal de Pénjamo lo liberaron, sin embargo, un video captado por la cámara de seguridad de la vía pública registró que cuando Juan Flores Solorio caminaba sobre la calle Siglo XX, al salir de los separos, un grupo de tres sujetos le seguía y posteriormente, se observa una camioneta militar con las luces apagadas, proveniente de dicha calle, que se incorpora a la calle Insurgentes con dirección al oeste.


A partir de ese momento, no se volvió a saber de Flores Solorio y hasta la fecha se ignora su paradero.


Al respecto, el comandante del Octavo Regimiento Militar Blindado de Reconocimiento informó al juez de amparo que el vehículo militar que patrulló las inmediaciones de los separos era una camioneta oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la que viajaban un Teniente del Arma Blindada, un Cabo de Transmisiones, un Cabo Mecánico Automotriz, dos Cabos del Arma Blindada, y dos soldados del Arma Blindada.


Los militares declararon ante el Ministerio Público del fuero común que pasaron por ese lugar a la hora en que Flores salió de los separos municipales y que se detuvieron ahí por instrucciones del teniente y que tres elementos, los tres sujetos que seguían a la víctima según la grabación, descendieron del vehículo.


Por ello, el juez consideró que se demostraron violaciones desde la irrupción de los elementos castrenses al domicilio de la víctima; luego, con la retención ilegal de Flores Solorio en los separos municipales sin que un Juez Calificador determinara su responsabilidad por falta administrativa y, finalmente, con las grabaciones, se tuvo por acreditada la desaparición forzada de Juan Flores Solorio.

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