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Las corrientes internas del PRD deberán valorar si conviene o no realizar cambios estatutarios como los que propuso el ex presidente nacional Agustín Basave en su Libro Amarillo, pues, afirman, algunos de ellos representarían el regreso a etapas consideradas como el caudillismo en ese partido.

Así lo valoró el secretario de Acción Política Estratégica del CEN perredista, Alejandro Sánchez Camacho, integrante de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), quien reconoció que planteamientos como dar más facultades al presidente perredista ya fueron aplicados por el partido —durante las dirigencias de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo—, pero fueron modificadas para evolucionar a una dirección colegiada.

“Tendremos que analizar si seguimos en la ruta de las decisiones colectivas o volvemos a un partido con dirigencia unipersonal, individual”, explicó Sánchez Camacho.

EL UNIVERSAL publicó en su edición de ayer el contenido del Libro Amarillo, una serie de propuestas de reforma perredista hechas por Basave Benítez a su renuncia a la presidencia de ese partido, misma que hizo efectiva el sábado, en Consejo Nacional, tras un periodo de ocho meses en el cargo.

Entre los planteamientos, propone incorporar a los líderes de las corrientes al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) —como antes de la dirigencia de Basave— y quitar a grupos parlamentarios y órganos colegiados algunas facultades, para dárselas al presidente, como el nombramiento o remoción de secretarios clave del CEN o de coordinadores de grupos parlamentarios.

Cuestionado al respecto, Sánchez Camacho indicó que la conducción del partido se ha regido con un espíritu de corrientes para alejarse de caudillos o del dominio de las personalidades, esa es la ruta que decidió el PRD y por eso las expresiones internas están reconocidas en los estatutos.

Dijo que esto es una virtud, pero se vuelve defecto cuando no hay acuerdos, como ocurrió ahora y que, reconoció, las corrientes no permitieron nombrar a un presidente interino para suplir a Basave.

Confió en que en los próximos 15 días —periodo que acordó el pleno del Consejo Nacional del PRD para buscar acuerdos para la sucesión de Basave— se logren conciliar posturas, pues de lo contrario se judicializará el relevo interno y podría afectarse la toma de decisiones rumbo a 2018.

Urge un acuerdo, indicó, pues la situación financiera del PRD es crítica.

“Tenemos viabilidad presupuestal a septiembre; de ahí a diciembre, nada”, indicó al recordar que hay un plan de austeridad cuya aprobación aún está pendiente y debe comenzar a trabajarse para las elecciones de 2017 en el Estado de México, Veracruz (municipales), Coahuila, Nayarit, y explorar el tema de las alianzas para 2018.

“Hay partidos que ya resolvieron el tema y no podemos estar con un partido judicializado” en el que sea el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el que tome las decisiones, “por eso más vale el acuerdo”, destacó.

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