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La diputada federal Ivonne Ortega Pacheco saca a la luz pública un libro de relatos de su vida: “No soy escritora, soy autora de mi destino”, dice en el difícil arte de hablar de sí mismo.

La legisladora priísta, Ortega Pacheco, habla de su vida desde niña hasta los momentos cruciales en sus responsabilidades públicas, como cuando se enfrentó al poder del crimen organizado.

Anoche presentó su libro “En el viejo sillón”, así titulado por el espacio en que su abuelo materno, Álvaro Pacheco Solís, hablaba con la niña Ivonne y le transmitía enseñanzas, narraba historias que fueron claves para la vida.

La ministra Olga Sánchez Cordero, quien el lunes 30 de noviembre concluye su periodo en la Suprema Corte, llega hasta el presidium, y preparada para decir unas palabras proyecta una emoción inocultable, imperceptible en sus años en los juicios del pleno constitucional.

Poco después le toca hablar sobre la autora y su libro. La ministra de reconocido liderazgo en las causas de la mujer mexicana, con la voz entrecortada agradece a Ivonne Ortega por pedirle escribir el prólogo y decir unas palabras.

Es un libro tan personal en sus relatos, como cuando su padre, Humberto Ortega Coronado, esperaba que naciera Iván y vino al mundo Ivonne.

“No imaginaba dónde llegaría esa niña” que enfrentó la dura realidad de truncar sus estudios en el segundo semestre de secundaria.

“Me has enseñado muchas cosas”, escribió Ivonne Ortega Pacheco en una dedicatoria a la ministra Olga Sánchez Cordero, quien allí, ante cientos de personas, devuelve al decirle a los asistentes: “Ella me ha enseñado muchas más”.

Ortega comenta en una página que algo que le ha permitido avanzar, es que “soy buena para cerrar ciclos”.

Y Sánchez Cordero entrelaza su historia con la política de Yucatán: “Estoy a unas horas de cerrar mi ciclo en la Suprema Corte de Justicia”.

Respaldo. Entre el público, el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, César Camacho Quiroz, escucha a Ortega Pacheco, priísta de 43 años.

También el arzobispo Antonio Chedraui y Jorge de la Vega Domínguez, ex jerarca priísta, siguen atentos los relatos definidos con claridad, emoción y una sinceridad pocas veces oída en personajes públicos.

La idea que define la perseverancia de la autora en su trayectoria política y en las decisiones de su vida es “que sea tu esfuerzo, tu talento y tu dedicación lo que marque tu destino en la vida y no dónde ni cómo te tocó nacer”.

Bajo esa premisa enfrentó y remontó las dificultades, y después de estar en medio de una crisis económica en 1998, cuando enfrentó problemas para seguir sus estudios de secundaria, ahora está a punto de concluir su maestría.

Antes que mujer que abre espacios en la política, Ortega Pacheco fue empresaria. Y cuenta cómo fue, con la compra de una marrana en 760 pesos, con 10 pesos diarios, y eso le dio para conseguir la segunda marrana. Luego tuvo una tienda, una panadería y una carnicería.

“Vendí Mary Kay”, evocó, y un día un problema del mercado la llamó a la política, a abrirse paso entre hombres, con el recuerdo de su abuelo y su madre. Y siguió su avance.

Ivonne Ortega Pacheco dice que no es escritora, pero da cuenta de lo que ha hecho en la construcción de su destino, y si sus relatos sirven para que alguien sea autor de su propia vida, el objetivo del libro se habrá cumplido.

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