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Arely Gómez está de vuelta en casa. El mismo pleno que la aclamó como a nadie cuando le dio licencia para ir por el cargo de procuradora General de la República, la abraza y sonríe. Ella, la de voz de terciopelo, parte plaza vestida de rosa. ¿De qué color debe presentarse la fiscal en los días del infierno?

Pasa a un lado del escaño de Layda Sansores (PT), cordial y amistosa, ahí en el pasillo izquierdo, pero cuando habla en tribuna la petista le sugiere que renuncie y evite que la remuevan a la Sedatu, sentencia que Ayotzinapa es su prueba del ácido.

Sólo es el principio. Sansores arremete contra las Fuerzas Armadas y en la mesa directiva, el presidente, Roberto Gil Zuarth (PAN), y los vicepresidentes Arturo Zamora Jiménez (PRI) y José Rosas Aispuro (PAN) tienen expresiones de asombro, que en los políticos suele mostrarse con semblante sombrío.

Entre escaños nadie dice nada. Priístas y verdes harán la réplica en sus turnos marcados en la comparecencia. Las cejas de la procuradora se ven más redondas y escucha cortas expresiones de Gil y Zamora. Cuando toca contestar a Sansores, la voz de terciopelo aporta información sobre acciones, con acentos: “Yo estoy en la mejor disposición, para que las dudas sobre el caso Iguala se aclaren”. Incluso ha revelado detalles y dice que, agregados al expediente, también serán libro abierto.

La enérgica Layda Sansores reclama verdades en el caso Iguala, y con su manera enfática lamenta que “México arda de indignación, de rabia, de ira y nosotros esperamos que el gobierno recapacite, que entienda que el fuego no se apaga con saliva”.

Juan Gerardo Flores (PVEM) sube a revirar. Los priístas y verdes aplauden las defensas a la procuradora, a Peña y al Ejército, pero otras palmas y voces se agregan. La galería con sus acompañantes de la PGR aclama en fuera de lugar.

La perredista Angélica de la Peña habla con acentuado tono de respeto y le habla de usted a la compañera de más de dos años de legislar. Sus preguntas invocan luz para ver lo ocurrido en la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, el caso Iguala o si hay una causa contra el ex procurador Jesús Murillo. Sus interrogantes son firmes, sustentadas, de sinodal.

Alberto Puente (PVEM), Ivonne Álvarez (PRI) y Javier Lozano (PAN), en su estilo y desde el interés de sus bancadas, tienen expresiones de apoyo a la tarea de la procuradora. Omar Fayad (PRI) inspira los aplausos de la galería (“el histrionismo no está en la PGR”). Y Diva Gastélum, ante los dichos de que fracasó como procuradora y será removida en el tiempo, proclamó, como las hermanas Mirabal, legendarias activistas dominicanas: “¡Larga vida, Arely Gómez como fiscal de la República!”.

Los aplausos de legisladores del PRI y Verde, más la gente de la galería, tuvieron una cresta muy alta, y ante ello, el colmillo de Miguel Barbosa (PRD) relució al pedir que se omitan las muestras de apoyo. Fidel Demédicis (PRD) echó más agua fría con reclamos a la procuradora, que de cuando en cuando sonreía, como cuando era senadora, antes de ir a cuidar las puertas del infierno.

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