El embajador de México en EU, Miguel Basáñez, recibió a Sophie Cruz, la niña de origen mexicano que entregó personalmente el miércoles al papa Francisco una carta en la que le explicaba por qué es necesaria una reforma migratoria en ese país.

“Niñas como Sophie representan el valor y la tenacidad de la comunidad migrante que reside en Estados Unidos”, señaló a través de un comunicado Basáñez, quien aseguró que es “una prioridad para el gobierno de México velar por la unidad familiar para que Sophie y los niños como ella puedan vivir con tranquilidad y certeza”.

En la actualidad hay aproximadamente 5.3 millones de niños que son hijos de padres indocumentados, 85% de ellos nacieron en Estados Unidos.

Tras entregar la carta a Francisco, la niña dijo que “el Papa es un hombre de traje blanco que huele a paz, transparente como la Iglesia y el agua bendita”.

La pequeña de cinco años, quien nació en Estados Unidos, pero cuyos padres son originarios de Oaxaca, dijo en entrevista radiofónica con Carlos Loret de Mola que ya conocía a Francisco “porque lo miraba en la computadora, y se me ocurrió acercarme a él porque le quería dar un mensaje sobre los migrantes”. Fue así que Sophie se aventuró, durante el recorrido papal en Washington D.C., a acercarse al Pontífice para entregarle una carta, que escribió a mano con lápiz y decoró, con ayuda de su madre, con un dibujo de Francisco, vestido de blanco y tomando de la mano a unos niños, entre los que, dijo, también estaba ella.

La pequeña, con trenzas y traje típico, burló a los guardias del Servicio Secreto y se acercó al papamóvil. Se intimidó cuando uno de los agentes se le acercó, pero cuando el Papa le hizo un gesto, permitió que el guardaespaldas la cargara para recibir un beso y un abrazo del Pontífice. “Me sentí muy feliz. No me dijo nada y no le pude decir nada porque me separaron muy rápido de él, pero me dio un abrazo y un beso”.

Por un momento, Sophie había olvidado darle la carta al Papa, pero uno de los guardias la tomó junto con una playera y se la entregó a Francisco. Sin embargo, la niña reveló que no pudo entregarle también una carta dirigida al presidente Barack Obama, en la que pedía abogar por los migrantes.

Raúl Cruz, padre de la niña, dijo que enviaron la misiva por correo a la Casa Blanca. Él es obrero y afirmó que seguirán “buscando oportunidades para que nos escuchen, pedirle a Dios que toque el corazón de los congresistas para que dialoguen acerca de los inmigrantes, que no son una carga para el país sino un aporte económico y cultural, porque somos personas de valores y somos capaces de lograr metas y objetivos estudiando y trabajando”.

La pequeña, su padre y activistas en favor de la reforma migratoria fueron recibidos ayer por el congresista demócrata Tony Cárdenas.

Cárdenas, cuyo abuelo y padres trabajaron como jornaleros en EU, lamentó que haya personas que “creen que el inmigrante llega a hacer cosas malas, y no es cierto”.

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