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Cuando Manlio Fabio Beltrones Rivera, ya presidente del PRI, dice que “seamos autocríticos”, el auditorio Plutarco Elías Calles, ocupado por completo hasta la última fila, sigue expectante el nuevo lenguaje del partido y sus horizontes por venir: el diálogo, la reflexión y el debate.

El sonorense habla sin el énfasis de los discursos políticos, con el tono de quien charla ante un pequeño número de personas y, sin embargo, se dirige a los consejeros nacionales, gobernadores, legisladores, a ex presidentes de su partido, a integrantes del gabinete presidencial, entre ellos Luis Videgaray Caso, y colaboradores directos de Enrique Peña Nieto, entre ellos, Aurelio Nuño Mayer.

Han rendido protesta Manlio Fabio Beltrones Rivera, presidente, y Carolina Monroy del Mazo, secretaria general, ante César Camacho Quiroz, que con ese acto concluye su periodo de jerarca tricolor, en el centro del escenario de ese auditorio de los eventos relevantes de los priístas, desde las proclamaciones de triunfos, hasta el duelo de cuerpo presente de Luis Donaldo Colosio Murrieta en marzo de 1994.

La noche transcurre como el momento más alto en lo que va de la trayectoria política de Beltrones Rivera, presidente 50 del priísmo, y que llega al cargo en fórmula única con la mexiquense Carolina Monroy del Mazo.

Las puertas del auditorio, de hecho, están cerradas por dentro con la gente de pie que no permite entrar ni salir, incluso tienen tapados los accesos laterales posteriores al escenario.

La mayoría de la gente llegó dos horas antes y allí se placearon los beltronistas que acompañan al sonorense desde largo tiempo. Carmen Salinas, con todo y fama, va a la galería.

En la tercera fila se encuentra la familia de Manlio Fabio Beltrones Rivera, y entre sus invitados especiales, el Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz y su esposa, Perla Díaz Tejeda de Ealy Ortiz.

El nuevo jerarca priísta ha llegado a ese momento a través de un andamiaje de formas tricolor y jurídicas, con pasos en respuesta a la convocatoria de un proceso regido por los documentos básicos del partido.

La relatoría de la gestación de su liderazgo ha sido reportada con detalles y modos legales.

“¡Beltrones! ¡Beltrones! ¡Beltrones!”, es una breve ovación al abrir su mensaje, mientras que antes, cuando Camacho Quiroz lo mencionó por primera vez, provocó un minuto de aplausos y fue necesario que el todavía no ungido líder se pusiera de pie dos veces a agradecer la aclamación.

A dos espacios se encontraba Aurelio Nuño, quien se acercó a Beltrones recién llegado a la primera fila y se dieron un abrazo cuando ya transcurría el evento. Por el frente de ambos pasó Luis Videgaray, a los 15 minutos de iniciada la reunión y encontró una butaca que tenía reservada en la primera fila.

Son varios los reconocimientos de Beltrones al presidente Enrique Peña Nieto, pero también a sus colaboradores “aquí presentes”, que con su talento hicieron posible lograr las reformas. Y destaca la misión política que en ello desempeñó Emilio Gamboa Patrón, al frente de los senadores.

En los aplausos que le ofrecen al nuevo líder van los suaves y pausados del más longevo, Joaquín Gamboa Pascoe, y quizá las palmas y exclamaciones más sentidas son aquellas en las que engallado Beltrones dice que “el respeto es de ida y vuelta”, y que responderá a los que hacen de la ofensa y la diatriba su única forma de entender la política. Gusta el modo.

Así habla Manlio Fabio Beltrones, presidente del PRI, que de salida abraza gente, los suyos, que se lanzan escenario arriba, hombres y mujeres, para compartir felicitaciones.

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