Al continuar su visita a esta ciudad francesa, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo que México asume hoy su responsabilidad global con apego a los principios de autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacifica de las controversias y el respeto, protección y promoción de los derechos humanos.

"Con estos valores, continuaremos escribiendo nuevas páginas de amistad y cooperación con el mundo, con Francia y con Marsella. Seguiremos avanzando juntos con firme determinación republicana y profunda convicción democrática", dijo.

Al develar, en el Palacio del Ayuntamiento de Marsella la Placa de la Plaza Gilberto Bosques, el mandatario dijo que el legado y ejemplo de este diplomático constituyen un vínculo histórico indisoluble que unirán a Marsella y México por siempre.

"Así lo confirma la decisión tomada por la Alcaldía de esta ciudad, a propuesta del Consejo Regional de Provenza, Alpes, Costa Azul, de otorgar el nombre de Gilberto Bosques a una importante Plaza de esta ciudad", dijo.

Tras recibir la Medalla de la Ciudad de Marsella, el presidente Peña Nieto recordó que fue en este puerto durante momentos de gran adversidad en la Segunda Guerra Mundial, se enarbolaron los principios supremos del pueblo francés: libertad, igualdad y fraternidad.

Señaló que en aquella época, un mexicano universal, Gilberto Bosques Saldívar, escribió en este puerto uno de los capítulos más memorables y honrosos de la política exterior de México.

"Como Cónsul General de México en Francia, se estableció en Marsella en 1940, hace ya 75 años, después de verse obligado a abandonar París, por la ocupación del ejército alemán.

"Con un profundo sentido solidario, Gilberto Bosques comprendió la gravedad del momento histórico que le estaba tocando vivir y resuelto, sin titubeos, puso a la diplomacia mexicana al servicio de los más desprotegidos", apuntó.

El Presidente subrayó que en aquella época no obstante que su misión inicial era auxiliar a los refugiados de la República española, Gilberto Bosques extendió el respaldo de México a las víctimas del fascismo y el nazismo.

"Bajo su liderazgo, el Consulado de México recibió y protegió a miles de mujeres y hombres. Sin importar su condición social o situación económica, su ideología o religión, su nacionalidad o raza, Bosques le dio alimento, cobijo y esperanza.

"Muy pronto, miles de personas, entre ellas, intelectuales, artistas y líderes políticos de oposición, se acercaron al consulado para solicitar una visa mexicana, una visa para salvar su vida".

Comentó que era tan grande el número de refugiados que enseguida el Consulado quedó rebasado, siendo necesario alquilar los castillos de Reinad y de Mont Grand, para utilizarlos como centros de asilo mientras recibían su documentación.

"En total, gracias a esa valiente labor diplomática y solidaria, México salvó del exterminio a un estimado entre 30 y 40 mil personas. Frente a la capacidad destructiva del totalitarismo, la intolerancia y el odio, Gilberto Bosques antepuso la capacidad constructiva del trato humano, la justicia y la razón", indicó el presidente Peña.

Agregó que el trabajo de Bosques en favor de los refugiados trasciende hasta nuestros días, pues su labor humanitaria inspiró el desarrollo de nuevas normas de protección a los derechos humanos, que hoy están consagradas en distintos tratados internacionales.

"El actuar de Gilberto Bosques constituye un ejemplo y una inspiración para México y el mundo, y así lo ha reconocido Francia este día. Hoy, mi país asume su responsabilidad global con apego a los principios que Bosques promovió y defendió.

"Me refiero a la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, así como el respeto, protección y promoción de los derechos humanos. Con estos valores, continuaremos escribiendo nuevas páginas de amistad y cooperación con el mundo, con Francia y con Marsella", estableció.

cg

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