El neurólogo estadounidense Michio Hirano visitó ayer al bebé británico Charlie Gard, quien padece una enfermedad mortal y al que sus padres quieren mantener con vida artificialmente, en contra de la opinión médica en el Reino Unido, confirmó el hospital londinense que trata al niño.
El especialista en miopatías y enfermedades mitocondriales del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, examinó al niño y se reunió con los doctores que le atienden en el Hospital Great Ormond Street, en Londres, quienes abogan por desconectarlo de las máquinas que lo mantienen vivo al concluir que no tiene posibilidad de mejorar.
Hirano, a quien se le ha facilitado un contrato laboral “honorario” para ejercer sus funciones, ha ofrecido a los padres del bebé de 11 meses administrar un tratamiento experimental, que, asegura, arroja “10% de probabilidad de fortalecimiento de los músculos” y de una “pequeña, pero significativa” mejora de la función cerebral.
Charlie padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que sufre un fallo respiratorio total.
El niño no tiene actualmente ninguna función activa, pero sus padres, Connie Yates y Chris Gard, afirman que “no está sufriendo” y quieren proseguir su tratamiento con Hirano en Estados Unidos, una opción que anteriormente descartaron los tribunales británicos y europeo, que determinaron dejarlo morir “con dignidad”.
El doctor estadounidense examinará al niño hoy y mañana para valorar si puede ser positivo trasladarlo a su país. Posteriormente, en una próxima audiencia, el juez del Tribunal Superior británico Nicholas Francis deberá decidir, si autoriza que el menor sea mantenido con vida para ser trasladado y tratado en EU.
El tipo de terapia de nucleósidos propuesta por Hirano y unos pocos expertos internacionales, entre ellos dos españoles, no ha sido probada ni siquiera en ratones.
La madre, quien ha sido autorizada a asistir a las reuniones entre los médicos, afirma que “merece la pena” probarla en su hijo, aunque las posibilidades de éxito sean muy bajas.
Francis, de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres, ya falló anteriormente a favor del hospital, igual que el Supremo y la Justicia europea, pero ha vuelto a revisar el caso a petición de este mismo centro.
El hospital regresó al Superior el 10 de julio luego de que los padres presentaran opiniones médicas, incluida la de Hirano, favorables a probar en el niño esa terapia de nucleósidos, con el argumento de que han surgido nuevas pruebas de su relativa eficacia.
Se prevé que el juez se pronuncie dentro de unos días sobre el caso. Yates y Gard han protagonizado una intensa campaña internacional para lograr que su hijo pueda seguir siendo tratado y han contado con el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el papa Francisco.