Holanda inauguró ayer un monumento cerca de Amsterdam en homenaje a las 298 víctimas mortales del vuelo MH17, derribado por un misil cuando sobrevolaba Ucrania hace tres años, en un acto al que asistieron unos 2 mil familiares de los fallecidos y los reyes Guillermo y Máxima. Mientras que el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, afirmó que Rusia deberá “responder” por este crimen.

Formando un “lazo verde”, se plantaron 298 árboles en homenaje a cada una de las víctimas, entre ellas 196 holandeses, quienes murieron el 17 de julio de 2014 después de que el Boeing 777 de Malaysia Airlines fuera abatido por un misil en el este de Ucrania, en guerra.

A los pies de cada árbol, familiares y amigos depositaron girasoles, la flor que cubría el campo ucraniano en el que se encontraron algunas partes del aparato derribado.

El monumento, obra del artista Ronald Westerhuis, consta de un ojo de acero de 16 metros de ancho que mira al cielo y está rodeado por los árboles, cada uno con una placa que contiene el nombre de una víctima, indicó el portal de noticias DutchNews.

Westerhuis declaró a la radiotelevisión pública NOS que el acero de la obra de arte, situada en Vijfhuizen, en las inmediaciones del aeropuerto de Schiphol de la capital holandesa, representa para él la tristeza. “Si llueve, ves la trayectoria del agua”, afirmó el artista, quien añadió que el acero es “transitorio, se oxida”, y manifestó su esperanza de que la tristeza por el incidente también sea “transitoria”.

En Kiev, el presidente ucraniano Petro Poroshenko afirmó ayer que Rusia deberá “responder” por la destrucción del avión del vuelo MH17.

“El crimen podría no haber tenido lugar si no fuera por la agresión rusa, la lanzadera de misiles rusa y el misil ruso traídos desde Rusia. Debemos demostrar al agresor-terrorista que debe responder por sus crímenes”, escribió Poroshenko en Facebook.

Sin embargo, las autoridades separatistas y Moscú desmienten cualquier responsabilidad y acusan al ejército ucraniano.

El pasado domingo, un pequeño grupo de 15 familiares de las víctimas del vuelo derribado realizaron una manifestación silenciosa frente a la embajada de Rusia en La Haya para protestar por la actitud de Moscú en la investigación.

El objetivo, de acuerdo con lo que explicaron los familiares de las víctimas en un mensaje dirigido a esa misión diplomática, es mostrar que siguen esperando a que Moscú proporcione “claridad” sobre la tragedia.

La investigación preliminar concluyó que el aparato fue alcanzado por un misil del sistema antiaéreo ruso BUK disparado desde un campo en el este de Ucrania controlado por separatistas prorrusos.

Sin embargo, hasta el momento no se han presentado cargos contra los supuestos autores del lanzamiento del misil, a quienes Malasia espera poder imputar a finales de este año.

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