Francia celebró ayer el Día de la Bastilla, con el presidente estadounidense, Donald Trump, como invitado de honor, en un día en que se recordó también el primer aniversario del atentado terrorista de Niza, en el que murieron 86 personas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, acudió en un coche militar descapotado a los Campos Elíseos, donde se realizó el tradicional desfile militar, en el que participaron más de 3 mil 700 soldados de infantería, 200 vehículos y 63 aviones franceses.

En el palco, lo esperaban Trump y su esposa Melania, quienes fueron recibidos por la esposa de Macron, Brigitte, y el primer ministro francés Edouard Philippe.

“La presencia, a mi lado, del presidente Donald Trump y de su esposa es muestra de la amistad que une a las dos partes”, dijo Macron.

“La relación con Francia es más fuerte que nunca”, respondió Trump, comentando por Twitter una foto sacada de su visita.

Las partes centraron el diálogo en aquellos temas en los que era posible llegar a acuerdos: la lucha contra el terrorismo y contra el dumping en el mercado mundial.

La ceremonia por la independencia de Francia se celebró bajo estrictas medidas de seguridad, dado que en el país rige el estado de excepción decretado tras una serie de atentados terroristas. Justamente, coincidiendo con la celebración, el año pasado un atacante atropelló con su camión a los asistentes a los festejos en Niza, matando a 86 personas.

Tras el desfile de París, Macron se desplazó hacia Niza para participar en una emotiva ceremonia de conmemoración de la tragedia, en la que se leyó el nombre de las víctimas y se les honró con un minuto de silencio.

“El 14 de julio de 1789 fue para Francia un día de lucha por la libertad y poco a poco se convirtió en un feriado”, dijo Macron. “El 14 de julio de 2016 nos recordó brutalmente el precio de esa libertad”, añadió. 

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