A tres meses de las elecciones generales, un giro inesperado de la canciller y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel, permitió ayer la legalización del matrimonio homosexual en Alemania, coincidiendo con la última sesión parlamentaria de esta legislatura.

“Para muchos termina aquí y ahora una lucha de décadas. Muchos disfrutan ahora de una felicidad que pensaban que casi nunca iba a llegar”, indicó el diario muniqués Süddeutsche Zeitung (SZ). Hace apenas una semana nada hacia presagiar que la mandataria germana se movería hacia posiciones diametralmente opuestas a las defendidas durante sus 12 años en el poder, en los que ha bloqueado de forma sistemática cualquier iniciativa impulsada por otras formaciones a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Con la gran cita electoral del 24 de septiembre a la vista y al verse presionada por su socio menor en el gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), así como por otras fuerzas de la oposición, la canciller recogió el guante y respondió con rapidez. A riesgo de generar irritación en sus propias filas, formación de marcado tinte conservador que defiende a ultranza la familia tradicional, cambió de postura.

Merkel era consciente de que tenía que abrir la puerta a la legalización del “matrimonio para todos” (como se le conoce en el país) para garantizarse posibles alianzas tras las legislativas. Por ello, el lunes llamó a su partido a votar según su “conciencia” y no siguiendo la línea oficial.

“Al allanar el camino para la votación en el Parlamento Merkel estaba pensando ya en la próxima legislatura”, concluyó el semanario Der Spiegel. Tanto el SPD como el partido de la oposición Los Verdes, y los liberales del FDP, actualmente sin representación parlamentaria pero a los que las encuestas otorgan opciones de regresar con fuerza a la Cámara, fijaron recientemente la aprobación del matrimonio de personas del mismo sexo como una de las condiciones para sellar un pacto de gobierno.

“Esto no supone sólo un gran logro para todos los homosexuales, sino también para el SPD, Los Verdes y La Izquierda. Sin una posición cerrada como ha sido la defendida por estos tres partidos, esta votación nunca habría llegado a celebrarse. Nunca estas tres formaciones han trabajado conjuntamente de forma tan determinada y disciplinada”, recalcó el SZ.

Con 393 votos a favor, 226 en contra —incluyendo el de Merkel— y cuatro abstenciones, Alemania se sumó a los 22 países que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. La canciller señaló que en los últimos años en Alemania se habían abolido “paso a paso” todas las discriminaciones que afectaban a las uniones de gays y lesbianas. “Sólo faltaba la cuestión de la adopción total de niños”, con la que, dijo, ahora concuerda, pese a que en el pasado la criticó.

Justificó su voto en contra diciendo que “para mí el matrimonio es entre un hombre y una mujer”. Unos 75 diputados de la CDU apoyaron el matrimonio homosexual, a pesar de que su formación defiende la familia tradicional.

Alemania permite desde 2001 las uniones civiles de personas del mismo sexo, pero eso les impide gozar de plena igualdad jurídica y se les niegan determinados derechos, incluyendo el de la adopción de hijos en común, que ahora será posible.

“Esto es simplemente un día histórico para Alemania”, dijo el activista por la igualdad en el matrimonio Soeren Landmann. “Se les ha dado igualdad a miles de parejas del mismo sexo y la segunda clase en asuntos del amor ha sido abolida. Alemania realmente puede alegrarse”, añadió, mientras parejas salían a celebrar.

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