Pedro Sánchez fue ayer el ganador de las primarias del Partido Socialista Español (PSOE) y será el secretario general. Con su llegada se espera un giro hacia la izquierda en la formación política.

Sánchez regresa a la dirección socialista tras haber sido depuesto por una revolución interna en octubre de 2016, cuando se negó a facilitar la investidura como presidente del gobierno del conservador Mariano Rajoy e intentó sacar adelante un pacto con el partido de izquierdas Podemos.

Los cargos intermedios del PSOE consideraron en ese momento que la estrategia de Sánchez era errónea, forzaron su caída como secretario e instituyeron una gestora provisional que ha dirigido el partido durante los últimos seis meses, en los que su pérdida de influencia ha sido constante, muy lastrado por haber roto sus promesas electorales y permitir el gobierno de la derecha.

La gran rival de Sánchez en estas elecciones primarias era Susana Díaz, la presidenta de Andalucía. Díaz era la candidata favorita del aparato del partido y tenía el apoyo de los líderes históricos del PSOE, como los ex presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Su victoria ha sido inesperadamente clara (ganó con 50% de los votos, contra 40% de Susana Díaz y 10% de un tercer candidato, Patxi López) y se ha basado en un récord de participación en las votaciones (80% de los 200 mil afiliados del PSOE).

Sánchez se había presentado como el candidato de las bases, frente al establishment del partido. Su programa está más abierto a la negociación con los nacionalistas catalanes, propone un bloque de fuerzas de izquierda junto con Podemos y se muestra más batallador con el Partido Popular de Mariano Rajoy.

Su amplia victoria le dará a Sánchez una legitimidad considerable dentro de un partido muy dividido, que teme ser arrastrado por la crisis de las formaciones socialdemócratas en toda Europa, como ha ocurrido con el Partido Socialista de Francia o el de Grecia.

Susana Díaz partía como favorita absoluta en estas primarias. Representaba el socialismo clásico, partidario de alejarse de las posiciones más agresivas de Podemos. Todas las federaciones regionales la apoyaban, y los medios de comunicación tradicionalmente de centroizquierda se habían volcado en su campaña. El diario El País, considerado el referente mediático del PSOE, ha definido a Sánchez como un candidato populista y lo ha comparado con Donald Trump en su editorial de hoy.

Los votos de Susana Díaz se han concentrado en Andalucía y las zonas rurales del país. Sánchez ha sido muy superior en las grandes ciudades y las regiones periféricas. Los partidarios del nuevo secretario general se acercaron anoche a la sede socialista al grito de “se nota, se siente, Pedro presidente”. Cuando salió a saludarlos en el balcón de la sede del PSOE, Sánchez prometió crear un “nuevo partido socialista”, basado en la unión “con otras fuerzas progresistas” y dispuesto a desbancar del poder al Partido Popular, cercado por los casos de corrupción.

Para ello, Sánchez debe conseguir regenerar un partido en crisis, que ha dejado de ser una de las fuerzas hegemónicas de la sociedad española, precisamente bajo su dirección, cuando alcanzó los dos peores resultados de su historia en las dos elecciones generales de 2016. Actualmente el PSOE lucha con Podemos por mantenerse como el segundo partido de España en las encuestas, muy por detrás del conservador Partido Popular.

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