El primer viaje de Donald Trump al extranjero comenzó ayer con una cálida acogida real en Arabia Saudita y el anuncio de importantes contratos por más de 380 mil millones de dólares en un plazo de 10 años, incluidos 110 mil millones en ventas de armas a Riad para hacer frente a las “amenazas” de Irán.

El presidente llegó a Riad procedente de Washington, donde prosiguen las olas por las múltiples controversias que asedian a su joven gobierno, al grado de que, de acuerdo con la cadena CNN, abogados de la Casa Blanca han consultado a expertos en destitución en los últimos días, pese a que consideran que una eventualidad así es lejana, dado el apoyo que tiene Trump entre los republicanos.

Consultado al respecto, el ex senador republicano Rick Santorum dijo que la agrupación política se opondría a un proceso así, a menos de que sigan surgiendo escándalos como el de los nexos del equipo del mandatario con Rusia. “Esto no puede continuar mucho más”, señaló.

Ajeno a lo anterior, Trump disfrutó del fastuoso recibimiento que se le dio en Riad —donde hoy pronunciará un discurso sobre el islam ante líderes de más de 50 países musulmanes— y que contrastó con la recepción glacial, hace un año, al entonces presidente Barack Obama, criticado por su acercamiento a Irán, gran rival de Arabia Saudita.

Además de las reuniones bilaterales, como la que mantuvo con el rey Salman, Trump, quien recibió la medalla Abdulaziz Al Saud, el honor civil más alto que otorga el reino, dedicó el primero de sus dos días en Riad a las inversiones. “Fue una jornada formidable”, dijo. “Cientos de miles de millones de dólares en inversiones en EU y empleos, empleos, empleos”.

La agencia oficial saudita SPA informó de 34 acuerdos en campos tan diversos como la defensa, el petróleo y el transporte aéreo. “El valor de las inversiones supera los 380 mil millones de dólares”, declaró el ministro saudita de Relaciones Exteriores, Adel Al Jubeir, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo estadounidense, Rex Tillerson.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había dado cuenta de contratos militares por valor de cerca de 110 mil millones de dólares, que presentó como el “acuerdo de armamento más importante de la historia de EU” y que, según Tillerson, servirá para “apoyar la seguridad de Arabia Saudita a largo plazo y del conjunto de la región del Golfo frente a la maligna influencia iraní y las amenazas vinculadas a Irán que existen en las fronteras de Arabia Saudita”.

Según el diario The Washington Post, el acuerdo prevé la entrega a Arabia Saudita de barcos para la guardia costera, el sistema de defensa antiaérea THAAD contra misiles de corto y medio alcance, vehículos blindados, misiles, artefactos explosivos y municiones.

Además, las autoridades sauditas otorgarán a 19 empresas estadounidenses, entre ellas General Electric, Citibank y Boeing, permisos para que puedan invertir en el reino en campos como el financiero, el tecnológico o el farmacéutico, según medios sauditas. Además, el rey Salman y Trump firmaron una “declaración sobre una visión estratégica conjunta” para reforzar las relaciones bilaterales.

El rey acogió en persona a Trump, acompañado de su esposa Melania, en la alfombra roja desplegada a los pies del Air Force One. Ivanka, la hija mayor de Trump, y su esposo Jared Kushner forman parte de la delegación oficial estadounidense.

La de Riad podría ser la etapa más tranquila del largo viaje del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que terminará en Europa.

Su periplo lo llevará a Israel, a los territorios palestinos, al Vaticano, a Bruselas y a Sicilia, para las cumbres de la OTAN y del G7, donde los aliados europeos de Washington esperan obtener compromisos claros.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses