El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció ayer la convocatoria a una Asamblea Constituyente “popular”, con el objetivo de redactar una nueva Constitución, lo que derivaría en elecciones generales.

Sin embargo, el sorpresivo anuncio, encendió las alarmas en la oposición, que anunció que desobedecerá la medida porque, indicó, sólo busca dilatar los comicios regionales previstos para este año y las elecciones presidenciales de finales de 2018.

“En uso de mis atribuciones presidenciales convoco al poder constituyente originario para que la clase obrera y el pueblo, en un proceso popular constituyente, convoque una Asamblea Nacional Constituyente”, dijo Maduro frente a sus seguidores en un acto por el Día del Trabajo.

Agregó que esto es “para lograr la paz que necesita el país, para derrotar el golpe fascista, una Constituyente ciudadana, no de partidos políticos. Una Constituyente del pueblo”.

La actual Constitución venezolana permite al presidente de la República, a los dos tercios de los miembros del Parlamento y a 15% de los electores inscritos en el registro electoral convocar una Asamblea Constituyente.

Una vez elegidos los constituyentes a través del voto popular, estos deben redactar una nueva carta magna que no podrá ser objetada por el presidente ni por los demás poderes públicos y, a partir de la cual, se deben llamar a comicios generales para todos los cargos de elección popular.

Sin embargo, Maduro dijo, sin entrar en detalles, que la mitad de los 500 constituyentes serían elegidos por “la clase obrera”, “campesinos”, “indígenas”, entre otros grupos. Ese punto es uno de los que llama la atención, ya que el proceso no será por voto universal sino por sectores del “pueblo”.

“El chavismo convoca la única elección que puede ganar: una elección de ANC [Asamblea Nacional Constituyente] manipulando bases y el sistema de elección”, aseguró Eugenio Martínez, experto en asuntos electorales.

Ésta sería la segunda Asamblea Constituyente en los últimos 18 años. En 1999, a poco de haber asumido como presidente, Hugo Chávez convocó a un proceso que derivó en un aumento a seis años del período presidencial y permitió a la población revocar los cargos públicos. Dicha Constitución fue redactada por 131 constituyentes electos por voto directo, universal y secreto, y luego aprobada en referéndum.

Maduro señaló que se necesitaba “transformar esa Asamblea Nacional podrida”, en referencia al Poder Legislativo, cuya mayoría está en manos de la oposición desde 2016.

Por eso se teme que a través de este proceso desconozca los poderes actuales, principalmente la Asamblea Nacional, y deje a los partidos opositores en la ilegalidad.

Por su parte, los principales líderes opositores advirtieron que desobedecerán cualquier llamado a una Asamblea Constituyente.

“Frente al fraude constitucional de Constituyente que acaba de anunciar el dictador, pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura”, escribió en su cuenta de Twitter el líder opositor Henrique Capriles.

“Alertamos a gobiernos democráticos del mundo y a la opinión pública internacional: Maduro consolida un golpe de Estado y profundiza grave crisis”, agregó.

“Maduro gana tiempo a costa de todo, incluso pisando la carta de navegación del mismo Chávez (...) Esta Constituyente madurista es una traición clara a Chávez y al pueblo”, afirmó el analista socialista Nicmer Evans.

El anuncio de Maduro se produjo en momentos en que miles de opositores marchaban en Caracas para exigir elecciones generales, quienes se enfrentaron con la policía, que respondió con bombas lacrimógenas. Estas protestas cumplieron ayer un mes. 

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