Washington/Caracas.— Venezuela anunció ayer que inicia el proceso de retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA) luego de que el organismo aprobara convocar a una reunión de cancilleres para abordar la crisis política en el país sudamericano.

“El día de mañana [jueves], como ha indicado el presidente Nicolás Maduro, presentaremos la carta de renuncia a la Organización de Estados Americanos e iniciaremos un procedimiento que tarda 24 meses”, informó la canciller venezolana Delcy Rodríguez desde el Palacio de Miraflores, en Caracas. Maduro definió la decisión como un “paso gigante”.

Rodríguez agregó que el gobierno no participará en lo sucesivo “de ninguna actividad, ningún evento donde se pretenda posicionar el intervencionismo y el injerencismo de este grupo de países que sólo buscan perturbar la estabilidad y la paz” en su país. Advirtió que las “pretensiones de aislar a Venezuela tienen cantado el fracaso en el futuro más inmediato”. Criticó que la OEA no se refiera a la situación de otros países, entre los que citó a México donde, dijo, “hay una masiva violación a los derechos humanos” o a la “dictadura de Brasil”.

Minutos antes, en Washington, 19 naciones, entre ellas México y Argentina, votaron a favor de la reunión de la OEA para evaluar la crisis venezolana, tras semanas de protestas contra el gobierno que han dejado una treintena de muertos; otros 10, encabezados por Ecuador, Bolivia, Nicaragua, votaron en contra. También se dieron cuatro abstenciones y una ausencia. Antes de la votación el embajador venezolano ante el organismo, Samuel Moncada, dijo que su país no reconocería lo que se hablara en la sesión. “Es un acto hostil contra Venezuela”, se quejó Moncada, insistiendo en la “intervención” en la soberanía de su país que supone el tratar el tema venezolano en la OEA, una “coerción” realizada gracias a la “presión a países pequeños” de la que culpó de forma indirecta a EU.

Según fuentes diplomáticas, la sesión de cancilleres de la OEA se podría llevar a cabo después del 18 de mayo.

Este es el más reciente episodio de una serie de desencuentros entre el organismo regional y el gobierno de Caracas, que el martes había advertido que saldría de la organización si se convocaba a la reunión de cancilleres, cosa que finalmente sucedió. A principios de este mes la OEA adoptó por consenso una resolución que afirmaba que en Venezuela hay “una grave alteración inconstitucional del orden democrático”. El documento fue calificado de “fraude” por Caracas y sus aliados.

Según los estatutos de la OEA, para que un país quede fuera deben pasar dos años a partir que anuncia su intención de retirarse y debe pagar sus obligaciones, que en el caso de Venezuela son 8.7 millones de dólares en deudas.

En tanto, el gobierno venezolano solicitó la noche del martes que se convocara a una reunión —con Cuba y sin Estados Unidos ni Canadá— de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para el 2 de mayo en la capital salvadoreña, en la que se abordará una agenda con un único tema: “Denunciar la violencia opositora” y tratar “las amenazas contra el orden democrático constitucional de Venezuela”.

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