El presidente estadounidense Donald Trump alertó ayer que las relaciones de su país con Rusia “pueden estar en su punto más bajo de todos los tiempos”, evidenciando la fractura que ha provocado entre ambas naciones el tema de Siria, que enfrentó además a las potencias occidentales con Moscú, que vetó una resolución en Naciones Unidas sobre el ataque químico de la semana pasada.

“No estamos teniendo una buena relación para nada”, insistió Trump. Ni la visita de su secretario de Estado, Rex Tillerson, a Rusia, suavizó la situación. Sus encuentros con su par ruso, Serguei Lavrov, y con el presidente Vladimir Putin fueron tensos y no hubo acuerdos respecto a cómo abordar la crisis siria.

EU insiste que el mandatario sirio Bashar al-Assad es el responsable del ataque con gas químico a la población de Jan Sheijun, que dejó más de 80 muertos; Moscú lo niega, y mientras Washington subraya la necesidad de una “salida organizada” del poder de Al-Assad, Lavrov insistió en que es el pueblo sirio el que debe decidir. “Ya conocemos los experimentos que tienen que ver con querer derrocar a cualquier dictador o líder totalitario o autocrático. No recuerdo ningún ejemplo positivo”, apuntó.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido para discutir un proyecto de resolución sobre Siria, Rusia impuso su derecho de veto, considerando “inaceptable” el texto, que condenaba el ataque químico y expresaba su apoyo a una investigación por parte de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.

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