La cifra de muertos durante las protestas en Venezuela contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro aumentó a cuatro, luego de que ayer se informara de dos nuevas víctimas, al tiempo que la violencia continuaba con saqueos en la capital, Caracas.

El gobernador del estado Lara, Henri Falcón, denunció que entre la noche del martes y la madrugada del miércoles las protestas contra Maduro escalaron hasta convertirse en disturbios violentos, liderados por personas fuertemente armadas en motos y automóviles. “Hay grupos infiltrados e interesados en generar anarquía y desorden. Hay heridos y fallecidos, cosa que nadie debe alentar”, denunció. La fiscalía precisó en un comunicado que está investigando la muerte de un niño de 13 años y un hombre de 36 años que “se encontraban en manifestaciones”, sin precisar las circunstancias.

El diputado de oposición Alfonso Marquina informó que el menor murió por disparos de “colectivos”, grupos civiles que según la oposición están armados y sirven como fuerza de choque del oficialismo.

El 6 y el 11 de abril, dos jóvenes de 19 años fallecieron baleados por policías en Caracas y en Valencia.

En medio de las protestas fue saqueado un comercio de alimentos y licores. El dirigente opositor Henrique Capriles condenó los saqueos y las acciones violentas ocurridas en Caracas y otras ciudades y denunció que se busca “desvirtuar” las protestas de la oposición. En Petare, una de las barriadas más grandes de Latinoamérica, también hubo bloqueos de calles con basura y escombros.

La tensión se extendió ayer a la celebración religiosa al registrarse una pelea ayer en la misa del Nazareno, una de las grandes tradiciones de la Semana Santa en Venezuela.

“¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”, gritó una multitud al finalizar la misa, previa a la procesión del Nazareno de San Pablo, en el centro de Caracas, oficiada por el cardenal Jorge Urosa, duro crítico del chavismo. El coro dio paso a golpes, gritos y empujones entre chavistas y opositores dentro de la Basílica de Santa Teresa. No se reportaron lesionados.

Urosa, quien tuvo que salir escoltado por policías, había pedido en la mañana “no politizar” los actos de Semana Santa. El jerarca cerró el oficio con una plegaria para “resolver nuestros conflictos de manera pacífica y democrática”, desatando aplausos. Sin embargo, la gresca estalló.

“Hay gente fanatizada por el clima de violencia y por un discurso de odio permanente”, dijo telefónicamente a la AFP el cardenal Baltazar Porras al condenar los hechos. Culpó al gobierno de atizar el fuego con “discursos guerreristas en días que deberían ser de paz”.

La crispación se manifestó igualmente en San Cristóbal (en la frontera con Colombia), donde la fachada de la catedral amaneció ayer con la frase “muerte a los curas” pintada en rojo, denunció la diócesis local.

Los grupos opositores al gobierno del presidente Maduro iniciaron el 1 de abril una serie de movilizaciones, principalmente en la capital, que han derivado en batallas campales de civiles contra militares y policías que lanzan gases lacrimógenos y balas de goma, a los que los manifestantes responden con piedras y botellas.

Según la ONG Foro Penal, 325 personas han sido arrestadas durante las protestas de la última semana desatadas después de que el Tribunal Supremo se arrogó facultades del Parlamento, decisión que tuvo que revirar ante el rechazo generalizado.

El martes, una caravana en la que viajaba Maduro fue recibida con huevazos y jitomatazos. Ciudadanos lanzaron objetos contundentes contra el mandatario, quien ayer, no obstante, calificó de “extraordinario” el recibimiento que le dieron en San Félix, estado Bolívar, y atribuyó los incidentes a algunas personas que “se volvieron locas”. “Habían preparado una emboscada y el pueblo se encargó de deshacerla”, dijo, citado por El Nacional.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses

[Publicidad]