Brasilia.— El presidente brasileño, Michel Temer, intentó ayer contrarrestar la crisis que golpea a su gabinete, luego de que la Corte Suprema autorizara investigar a ocho ministros, un tercio del Senado y unos 40 diputados por sospechas de corrupción.

La lista divulgada la noche del martes apunta contra el núcleo duro del Legislativo y del Ejecutivo, que formaron una sociedad estrecha desde que el conservador Michel Temer llegó a la presidencia el año pasado, tras la destitución de Dilma Rousseff (izquierda) por manipular las cuentas públicas. El Supremo Tribunal Federal (STF) autorizó 76 procesos contra 98 personas, que involucran a ocho ministros, un tercio del Senado (24 de 81), casi 40 diputados y tres gobernadores, sin distinción de ideologías.

La noticia amenaza las reformas económicas que impulsa el gobierno para enfrentar la recesión. Pese a las tensiones, Temer buscó transmitir normalidad durante un evento en Brasilia. “Quien dará la palabra final será la Justicia”, dijo sobre las acusaciones. Pero lo que no podemos hacer, añadió, es “paralizar al gobierno”. “El Ejecutivo ejecuta, el Legislativo legisla y el Judicial juzga. Cada uno ejerce sus funciones y nada deberá paralizar la función gubernamental”.

Para el politólogo César Carvalho, de la consultora CAC, el presidente “está haciendo lo que el manual manda”: minimizar la crisis, ganar tiempo y esperar que los dilatados plazos de la Justicia jueguen a su favor.

“Mientras tenga el apoyo del Congreso, el gobierno de Temer resiste, siendo popular o no”, agregó. Brasil tendrá elecciones generales en octubre del año próximo.

El alcance de la investigación del vínculo entre política y finanzas opacas se constata en los cuatro ex presidentes mencionados en la lista. El hoy senador Fernando Collor (1990-1992) será investigado por el STF y los casos de los ex mandatarios Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), sin fueros, fueron remitidos a tribunales inferiores para su análisis. Lula ya enfrenta cinco procesos vinculados al extenso esquema de corrupción conocido como Lava Jato.

También el ex alcalde de Río de Janeiro Eduardo Paes será investigado por corrupción, después de que ejecutivos de la constructora Odebrecht lo acusaran de recibir cerca de 16 millones de reales (unos 5.2 millones de dólares) en sobornos a cambio de favorecerlos en los contratos para las obras de los Juegos Olímpicos de 2016.

El empresario brasileño Marcelo Odebrecht, ex presidente de grupo Odebrecht y detenido desde junio de 2015, aseguró, en declaraciones difundidas ayer, que entregó tres millones de dólares en 2010 para la campaña presidencial en Perú de Ollanta Humala, quien terminó su periodo en 2016. Además, las autoridades peruanas congelaron dos cuentas por 13 millones de dólares de Jorge Barata, ex jefe de la unidad de Odebrecht encargada de las inversiones en América Latina. Agencias

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