En el momento en que funcionarios reportaron que uno de los dos estudiantes acusados de haber violado a una niña de 14 años en el baño de una escuela secundaria de Maryland ingresó a Estados Unidos de manera ilegal, el crimen se convirtió en parte de un debate nacional sobre inmigración.

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, calificó ayer lo ocurrido como “traumático, perturbador, horroroso” y añadió que “parte de la razón de que el presidente ha dado tanta importancia a la inmigración ilegal y a su combate es por tragedias como ésta”.

Henry Sánchez, de 18 años, y José Montano, de 17, fueron acusados por la violación ocurrida el jueves en la Escuela Secundaria Rockville. The Washington Post reportó que Sánchez vivía en Guatemala hasta que cumplió 17 años.

Matthew Bourke, vocero del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), dijo en un comunicado que un agente de la Patrulla Fronteriza encontró a Sánchez en Texas en agosto. Se le ordenó comparecer ante un juez de inmigración, pero aún no hay fecha. El ICE solicitó desde entonces una orden de detención contra Sánchez.

Según registros del tribunal, Montano, quien fue acusado como adulto, nació en El Salvador, donde vivió 16 años. Funcionarios del ICE no hablaron sobre el estatus migratorio de Montano por ser menor de edad.

Jack Smith, superintendente de Escuelas Públicas del condado Montgomery, se manifestó contra la atención que se ha dado al estatus migratorio de los estudiantes acusados. “Algunos tratan de convertir esto en un asunto de inmigración”, dijo Smith. “Nos gustaría cambiar la conversación”.

El lunes, la Cámara de Delegados de Maryland aprobó una medida para evitar que las autoridades detengan a inmigrantes para preguntar sobre su estatus. El gobernador de Maryland, Larry Hogan, republicano, dijo que la vetará si llega a su escritorio.

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