Centroamérica

John Kennedy se fumó un habano H. Upmann el sábado 3 de febrero de 1962 en la Casa Blanca y luego firmó el ejecútese del embargo económico total de Estados Unidos a Cuba, para levantar el más importante muro político entre Washington y La Habana. Días antes, el entonces presidente urgió a su secretario de Prensa, Pierre Salinger, a que le comprara mil piezas de su marca predilecta de tabaco cubano y lo alertó de que los introdujera a EU y se los entregara antes de firmar el decreto del embargo.

Salinger le consiguió mil 201 puros y Kennedy quedó despojado del riesgo de ser acusado de violar el embargo y consumir productos cubanos de acceso prohibido en EU y rubricó el paquete de sanciones contra Cuba.

Pero aquel episodio, de hace 55 años, edificó lo que es todavía la más grande e invisible muralla entre dos naciones que en diciembre de 2014 iniciaron un deshielo de vínculos tras más de medio siglo de pleitos, mientras el embargo —o bloqueo, como le bautizó el régimen cubano— sigue casi intacto.

Kennedy (asesinado en 1963) buscó castigar a la revolución cubana que, dirigida por Fidel Castro, triunfó en enero de 1959 tras una guerra de 25 meses y que en abril de 1961 proclamó su carácter socialista, al alinearse con la ahora desaparecida Unión Soviética y el ya desintegrado campo comunista de Europa del Este. También quiso acorralar a Castro (fallecido en noviembre de 2016) para exigirle democracia y por promover las guerrillas comunistas latinoamericanas y nacionalizar empresas estadounidenses.

“El bloqueo nos ha hecho más solidarios, independientes, antiimperialistas y revolucionarios”, dijo René González, presidente del Instituto de Historia de Cuba, en línea con el gobierno de La Habana, a EL UNIVERSAL. “Ha demostrado al mundo la capacidad de resistencia de un pueblo en revolución ante el más dilatado y criminal bloqueo económico que recuerde la historia de América”, añadió.

Pero la disidencia cubana denuncia otro bloqueo. “El verdadero bloqueo es el del régimen contra la libertad política y económica del pueblo cubano, que cada día está peor y el gobierno sin voluntad de cambio”, afirmó la opositora Berta Soler, de Las Damas de Blanco.

Comercio. El embargo total, precedido por la ruptura diplomática de Washington con La Habana en enero de 1961, impide a Cuba exportar e importar productos y servicios hacia o desde EU e impone restricciones financieras, entre otras medidas. Cuba culpa al bloqueo de la escasez y encarecimiento de gran cantidad de bienes y de sus líos económicos. Por el asedio de Washington desde 1959, la revolución acudió en 1960 a Moscú y a sus satélites europeos en reemplazo de EU y obtuvo multimillonarios recursos productivos, financieros, comerciales o agroindustriales.

En julio de 2016, el gobierno cubano estimó que el bloqueo le generó pérdidas desde 1962 por más de 125 mil 873 millones de dólares a precios corrientes.

EU y Cuba, que en julio de 2015 reanudaron lazos diplomáticos por el deshielo que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro acordaron en 2014, registraron en octubre pasado un capítulo relevante: por primera vez en 25 años, EU se abstuvo de votar contra una resolución de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que cada año condena el embargo a Cuba y exige su derogatoria.

A mediados de enero pasado, y en otro suceso sin precedentes desde 1962, una empresa privada de EU exportó de Cuba a Florida un cargamento carbón vegetal.

Al anunciar el deshielo, en 2014, Obama admitió que más de 50 años de bloqueo y demás acoso contra Cuba fracasaron en llevar democracia a la isla, por lo que hay un inmovilismo en ambas capitales: el embargo sólo puede ser derogado por el Congreso de Estados Unidos (actualmente con mayoría republicana) y Cuba rechaza cambiar de sistema político.

Obama pidió al Congreso eliminar las sanciones, reforzadas en 1992 y 1996, y flexibilizó los vínculos económicos con la isla en varios rubros pero con el bloqueo sin cambios profundos. El Congreso lo alivió en 2000 para poder exportar granos básicos de EU a Cuba, en negocios sin crédito y en efectivo por 4 mil 689 millones de 2001 a 2013, según datos oficiales.

Aunque gran cantidad de productos estadounidenses eluden el bloqueo y entran al mercado cubano desde terceros países, persiste la restricción para que apetecidas marcas de Cuba, como el habano que Kennedy se fumó hace 55 años, regresen a EU.

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