El empresario venezolano Samark López Bello, designado por el gobierno de Estados Unidos junto con el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, como narcotraficantes, realizó una serie de millonarias exportaciones de alimentos desde el puerto mexicano de Veracruz hacia su país y las vendió con sobreprecio al gobierno de Nicolás Maduro, pese a las profundas carencias internas de bienes de consumo básico, revelaron ayer fuentes de la oposición política venezolana.

En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, el diputado venezolano Carlos Paparoni, del opositor partido Primero Justicia, vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional y presidente de una comisión legislativa especial que estudia la crisis agroalimentaria en Venezuela, reveló los detalles de lo que calificó de un “primer nivel de corrupción” con los precios de los alimentos importados de México.

López hizo las operaciones con su empresa de Postar Intertrade Limited, fundada en 2013 en Venezuela, pero ahora en ese país ya no existe ni tiene dirección fiscal, porque está registrada en la isla de Barbados desde el 14 de abril de 2016, explicó el legislador.

Los sobreprecios, aseguró, oscilan entre 27 y 34 dólares por caja de alimentos importada de México en operativos desde diciembre de 2016. Uno de los cargamentos llegó el domingo pasado y otro el 10 de febrero.

“El problema de la corrupción está en la empresa de López”, afirmó, al recordar que Venezuela enfrenta hace varios años una de las más graves crisis de abastecimiento alimentario en su historia y que el chavismo atribuye a una guerra económica de EU y de la oposición. “Hoy en Venezuela hay tres millones de venezolanos que consumen desperdicios. En enero de 2017, 29 millones de venezolanos o nueve de cada 10 había perdido entre cinco y 20 kilos de peso”, relató.

La denuncia se produjo luego de que el gobierno de EU designó el pasado 13 de febrero a El Aissami y a López como narcotraficantes y les congeló bienes y empresas. Ambos negaron las acusaciones y las atribuyeron a maniobras de Washington contra la revolución bolivariana, que comenzó a ser instalada en 1999 por el fallecido presidente Hugo Chávez, quien murió en 2013.

López, descrito por el Departamento del Tesoro de EU como “el principal testaferro” del vicepresidente, no se ha referido a las acusaciones de Paparoni. Sin éxito, EL UNIVERSAL buscó una reacción del gobierno a las denuncias, pero el país está en asueto por la temporada de carnaval.

Paquetes. Según el mecanismo, el gobierno de Venezuela, por medio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), instancia estatal que distribuye productos de primera necesidad, le compra a López unas cajas individuales que son empaquetadas en México, pesan aproximadamente 14 kilogramos y contienen harina de maíz, pastas, atún, granos, leche en polvo, aceite y carne en lata, entre otros artículos.

El costo en México o en Panamá de los productos de la caja es de 11 dólares con 20 centavos, pero si se le resta 30%, máximo aproximado de ganancia, su valor es cercano a ocho dólares por pieza, dijo el legislador. “Pero son facturadas al gobierno nacional entre 35 y 42 dólares por caja. Existe un sobreprecio que de entre 27 y 34 dólares”, denunció.

Pese a López, para efectos del gobierno venezolano es el proveedor desde México, la realidad es que las empresas mexicanas involucradas con ese empresario están libres de culpa, porque se limitan a vender productos a un comprador de Venezuela y hacen un negocio legal y sin nexo con el sobreprecio que se cobra en el mercado de esa nación sudamericana, aclaró.

Postar subcontrató en Veracruz a dos empresas para el proceso de manipulación y logística de las cajas, que fueron exportadas vía marítima en contenedores. Con los documentos de las importaciones en su poder, Paparoni calculó que unos dos millones de cajas han sido enviadas desde México por López Bello.

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